Foto: Plan Agropecuario
res, sino que son los que tienen potenciales
márgenes para agregar al sistema”.
De acuerdo con este criterio las catego-
rías compradas son: vaquillonas, novillos,
terneros, piezas de cría, de todas las razas.
Fundamentalmente el destino final es la
venta a frigorífico o al abasto, aunque en
algunas oportunidades se venden recriados
para el campo. Casi todas las categorías de
este sistema están en la etapa de recría o
crecimiento, o sea que son eficientes en la
conversión forrajera, logrando que la pro-
ducción de carne alcance los 140 kilos por
hectárea.
Aunque lo importante no son solo
los números
En la opinión de Juan Antonio “si bien con
este particular negocio de invernada se han
logrado márgenes relativamente aceptables,
cada vez se están volviendo más estrechos”.
Entre la cada vez mayor relación compra-
venta, sumado a la disconformidad perso-
nal por los tipos de ganado que entran, son
fuertes motivos para planificar un sistema
diferente que estandarice mejor la calidad
del rodeo. Es por ello que el último lote de
vaquillonas comprado fue entorado en el
predio y ya están en pleno período de pa-
rición.
“A pesar de las ineficiencias que pueda
tener la cría, esperamos que en un pe-
ríodo de cinco años se logre estandarizar
la calidad de la matriz productiva, man-
teniendo el ingreso del negocio”.
A manera de síntesis
Como vimos muchas veces, la pasión
por el negocio ganadero, no solo se
mide con resultados numéricos. El ne-
gocio ganadero es mucho más que el
resultado económico. Es por sobre todo,
parte de una cultura, en la que conser-
var es ganar. Es la forma de trasmitir
una herencia cultural. Cultura por el tra-
bajo, cultivar las buenas costumbres, la
palabra empeñada, es un estilo de vida.
Parte de estos valores es lo que este
productor orgulloso encuentra en esta
actividad, como gran resultado para
perpetuar en la cultura de sus hijos.
“Es parte de nuestras vidas”… “Jun-
to a mi esposa y compañera tratamos
de trasmitir a los hijos, eso que tanto
nos gusta llamado, negocio ganadero o
modo de vivir”. “Pensamos que a pesar
de los ciclos ganaderos, tenemos que
mantenerlo y conservar las tradiciones,
sin imponerlas”. “Aun sabiendo que el
Uruguay que soñamos es el del esfuerzo,
el del trabajo y los riesgos, es la forma
de enfrentar nuevos desafíos”… “Siendo
conscientes de que tenemos que estar
siempre atentos a los cambios que cada
día debemos enfrentar y estar dispues-
tos a realizarlos sin titubeos, como si-
guiendo la danza de SHIVA”.
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