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FONDO DE TRANSFERENCIA Y CAPACITACIÓN
Nos conocíamos de toda la vida, los pa-
dres de Betty eran productores vecinos.
Como no teníamos prácticamente
nada en el campo me fui a trabajar a la
caña de azúcar y Betty se quedó. Fue
una etapa muy difícil, en la caña pasé
muy mal. Terminé la zafra y volví, ahí
vendimos unas ovejas y compramos un
camioncito viejo.
De una estancia cercana me ofrecie-
ron un trabajo para acarrear pedregullo
con el camión. Salíamos a las 4 de la ma-
ñana a cargar a pala y lo traíamos al pe-
dregullo para lavar en la cañada de casa.
Éramos tres trabajando y teníamos solo
un par de botas, en el invierno nos con-
gelábamos descalzos adentro del agua
lavando el pedregullo.
Ganamos muy bien con ese trabajo y
el capataz nos daba carne a discreción.
Desde ese momento y hasta el día de
hoy nunca más nos falto de comer. Me
acuerdo que este trabajo nos cambió la
vida; fue un antes y un después.
Para ir hasta la ruta 3, varias veces tuvi-
mos que ir de a pie. En el trayecto pasá-
bamos por frente a la estancia “Los Co-
bres” y siempre pensé que sería bueno
trabajar en esa estancia. Un día llegue
a pedir un pedazo de campo para hacer
agricultura en medianería y me dieron
30 há. Así ingresé a la estancia y año a
año me fueron agrandando el área de
siembra. Así estuvimos 27 años traba-
jando en esa estancia hasta el año 2000.
Esa sociedad nos ayudó mucho, fue una
gran oportunidad que nos dieron, quedó
una gran amistad con toda esa gente,
jamás tuvimos un problema
¿Con el nacimiento de Nacho como
les cambia la vida y como logran for-
mar un equipo hasta la actualidad?
En el año 1979 nació Nacho, nuestro
único hijo. Trabajábamos mucho y Betty
me ayudaba en todo y tuvo que cuidar a
Nacho y trabajar al mismo tiempo por-
que la situación era muy difícil y Betty
no podía dejar de trabajar. Cuando Na-
cho empezó a ir a la escuela, Betty le
ensillaba el caballo y ella se iba para el
campo; hasta ahora no nos explicamos
cómo hacia para subir a caballo.
Cuando Nacho ingresó a cuarto de es-
cuela se fueron a Young ya que quería
que estudiara inglés y computación. Na-
cho trabajó con nosotros desde chiquito,
en las vacaciones y fines de semana ve-
nía a trabajar y ya de más grande venía
a la casilla.
Tengo un recuerdo de ver a Nacho con
7 u 8 años dando fardos cuadrados al ga-
nado en un tractor con carro, las vacas
lo rodeaban. Él siempre hizo todo en el
campo.
Estudió hasta cuarto de liceo y se vino
a trabajar fijo con nosotros. Siempre fui-
mos muy amigos con Nacho, jamás dis-
cutimos. Con mi padre éramos iguales,
mi padre jamás me retó y a Nacho creo
que la última vez que lo reté fue cuando
tenía 5 años; es la manera de ser que te-
nemos.
En el trabajo siempre manejamos todo
junto; hasta el día de hoy que Nacho
tiene su señora y tres hijos, nos mane-
jamos en unidad; nunca dividimos nada,
todos somos conscientes ya que todos
trabajamos.
¿Qué rol asume cada uno en el tra-
bajo?
En el 2000 dejamos de hacer agricultu-
ra propia, ya estaba cansado del riesgo y
de las cuentas; ahí comenzamos a brin-
dar servicios. En el 2002, en plena crisis
le entregué todo el equipo de maquinaria
a Nacho y me dediqué al campo, como
hasta el día de hoy.
Nacho continuó con la maquinaria y nos
fue bastante bien, ya que acompañamos
el crecimiento de la soja en un momento
donde no había muchos equipos.
Así se fueron definiendo los roles; yo
me encargo del manejo ganadero, las
decisiones y los trabajos grandes los
hacemos en conjunto; pero del día a día
me encargo yo. Nacho sigue a cargo del
equipo de maquinaria, Betty es la encar-
gada de la registración y nos ayuda en los
trabajos de manga y mi nuera nos ayuda
con los trámites y pagos, ya que vive en
Young con los nietos.
Desde siempre fueron agricultores y
hoy en día se dedican a la ganadería,
¿Por qué se dio ese cambio?
Tenemos una cultura agrícola muy gran-
de. Llegamos a sembrar casi 3000 há,
pero siempre el crecimiento agrícola fue
acompañando un crecimiento ganadero.
Considero que cuando uno empieza y
no tiene nada, es más fácil entrar en la
agricultura. Vas a un banco a pedir un cré-
dito para compra de maquinaria y te lo
dan. Además los ciclos son más cortos
que en ganadería; cada 6 meses uno ve
un resultado.
La ganadería es más estable pero es
muy difícil hacer un cambio grande, con
agricultura si se anda bien da mucho.
A partir del 2000, en plena crisis deci-
dimos hacer solo ganadería ya que te-
níamos un capital generado para poder
producir bien y tener un ingreso que nos
permita vivir tranquilos. Pero la principal
razón de abandonar la agricultura fue ge-
nerar un cambio de vida, estábamos can-
sados de las deudas, del riesgo y de vivir
en las chacras.
En Uruguay es muy difícil la agricultura,
se depende del tiempo y de los merca-
dos, cosas que no podemos controlar.
Sembramos y no sabemos con qué pre-
cio vamos a vender la producción.
¿Cuál es la experiencia con Coloniza-
ción y como es vivir en una colonia?
Considero que es una gran Institución.
En nuestro caso siempre tuvimos apoyo,
en las épocas en que estábamos muy
endeudados, nos refinanciaron la deuda
y pudimos pagar todo.
Hicimos toda la infraestructura sobre
un campo que no es nuestro porque
creemos en el Instituto y confiamos que
este campo va a permanecer siempre en
nuestra familia.
El vivir en una colonia te permite te-
ner mayor contacto con los vecinos.
Tenemos una gran relación de amistad.
Cuando ha habido crisis se han formado
grupos en la colonia, pero cuando pasan