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FONDO DE TRANSFERENCIA Y CAPACITACIÓN
Etapas sucesionales de un familia de colonos
Ing. Agr. María Fernanda Bove Itzaina
Plan Agropecuario
El establecimiento “El Paraíso” de
la familia Guigou-García se ubica
en la Colonia Kennedy del depar-
tamento de Río Negro. Trabajan so-
bre una superficie de 291 há, toda
arrendada al Instituto Nacional de
Colonización. Es la tercera genera-
ción de colonos y están en estos
campos desde 1959.
Son productores colaboradores del
proyecto de recría de machos del
Fondo de Transferencia de Tecnolo-
gías y Capacitación relativos al sec-
tor agropecuario.
Entrevistamos a Horacio Aníbal
Guigou, un productor con mucho
empuje y capacidad de trabajo, sin
�miedo al riesgo y trabajando siem-
pre en familia, quien nos contó so-
bre su historia, las crisis y los mo-
mentos de auge.
¿Cómo ingresaron en coloniza-
ción y cómo fueron los comienzos?
La colonia antes era estancia, en
el año 1959 se divide y se forma la
llamada Colonia Tres Patas. Mi padre
se había anotado y ese mismo año le
dan una fracción de 125 há.
Al inicio no teníamos nada y para
ir subsistiendo se tomaba ganado a
pastoreo y ovejas a capitalización.
Somos tres hermanos, yo soy el
del medio. Mis padres me dieron la
oportunidad de estudiar y me fui a
una escuela agraria en Fray Bentos.
En el año 1968 volví de la escuela
agraria al campo para trabajar con
mi padre. En ese momento estaba
mi hermano mayor y decidí irme de
“motorero” con un vecino. Un día
volví al campo y lo encontré a mi pa-
dre trabajando solo; desde ese día
decidí no irme más. Mis hermanos
se fueron a la ciudad a trabajar en
otras cosas.
Siempre tuvimos ganadería y ovi-
nos, algunos años llegamos a orde-
ñar vacas de los vecinos para hacer
queso; queríamos buscar algo distin-
to y nos gustaba mucho trabajar.
¿Cómo fue trabajar con tu padre y
el traspaso de mando?
Mi padre era un hombre muy gene-
roso, daba todo, nunca tuvo problemas
con nadie en su vida. Congeniábamos
cien por ciento en el trabajo. Siempre
nos tuvimos mucha confianza tanto en
el trabajo como con el dinero, “cinchá-
bamos para el mismo lado”.
Cuando jóvenes no teníamos gran-
des ambiciones, “quería trabajar para
vivir nomas”.
Mis padres fallecieron jóvenes, mamá
con 44 años y papá con 58 años. Mi
madre estuvo muy enferma y para pa-
gar los tratamientos perdimos todo. Un
tiempo antes de que falleciera papá, yo
ya había empezado a manejar el campo.
¿Y cómo fue comenzar solo y armar
tu propia familia?
Cuando falleció mi padre lo primero
que hice fue buscar un campo afuera
para arrendar, para agrandar el cam-
po. Con ese negocio me fue muy mal,
sembré un área y tuve problemas con
el dueño del campo y nunca fui a cose-
char, perdí todo. Ahí arranque de vuelta.
En el año 1978 vino mi señora, Betty.
Foto: Plan Agropecuario