Revista del Plan Agropecuario N° 172 - page 25

descanso. En lugares en que los animales
deben trasladarse largas distancias ha-
cia la fuente de agua, aumenta el tiempo
destinado a esta actividad reduciendo el
tiempo destinado al pastoreo, rumia y/o
descanso. Además, genera un gasto ener-
gético extra por el costo del traslado.
En sistemas de pastoreo continuo, si
el agua no se encuentra correctamente
distribuida, puede generar restricciones
en su consumo. Esta situación se ve agra-
vada en sistemas extensivos con potreros
de grandes dimensiones. A su vez, dismi-
nuye en mayor medida el consumo de
agua (y por ende de materia seca) cuando
las temperaturas son altas, con sombra
en el potrero, ya que el animal prioriza
mantenerse a la sombra.
En estos casos, las actividades del pas-
toreo se desarrollan preferentemente en
anillos concéntricos, donde la utilización
del forraje disminuye a medida que au-
menta la distancia al punto de distribu-
ción del agua, generándose áreas de so-
bre y sub-pastoreo. 
En sistemas extensivos de pastoreo
continuo, es pertinente contemplar estos
hábitos de pastoreo de los vacunos, a la
hora de diseñar los potreros, de manera
tal que la fuente de agua quede lo más
próxima posible a todos los puntos del
potrero.
Tanto en sistemas intensivos con alta
carga animal como en sistemas extensi-
vos donde los animales siguen un patrón
de comportamiento (donde va uno a to-
mar agua, van todos) la fuente de agua
debe tener la capacidad de suministrar
altos volúmenes por unidad de tiempo
a los efectos de atender la alta demanda
instantánea. Es importante que la dispo-
nibilidad de agua no limite el consumo
una vez que llegan a la fuente. De lo con-
trario, el animal se retira para volver nue-
vamente en otra oportunidad, o reduce el
consumo de agua.
En sistemas de pastoreo rotativo, lo
ideal es poder contar con la fuente de
agua en la parcela de pastoreo ya que se
maximizan las oportunidades de acce-
so de los animales a la fuente y reduce
el costo energético y operativo en tras-
lados de los animales, potencializando
los beneficios del manejo del pastoreo.
Con este sistema, teniendo en cuenta el
comportamiento de los animales, no hay
amontonamiento de ganado en los bebe-
deros, ni fugas de rodeos completos para
tomar agua y quedarse a la sombra, por
el contrario, con agua en la parcela se
observan pequeños grupos en la bebida
móvil, mientras el resto pastorea, descan-
sa o rumia sobre la pastura.
Balance de nutrientes por pastoreo di-
recto
El balance de nutrientes en el suelo,
está afectado por la forma de utilización
del forraje. Cuando realizamos almace-
namiento y reserva de forraje, extraemos
prácticamente la totalidad de los nu-
trientes producidos por las plantas. Pero
mediante el pastoreo ganadero podemos
devolverle al suelo a través de deyeccio-
nes y orina hasta un 95% de los nutrien-
tes extraídos, siendo solo una pequeña
cantidad la que retienen los animales (en
ganado de carne de un 5 a 7% y en leche-
ría hasta un 25%).
En pastoreo directo el retorno de los nu-
trientes, se realiza de manera desunifor-
me, en cuanto al área cubierta por cada
deyección, es de menos de 10 cm
2
para las
heces y menos de 50 cm
2
para la orina,
por lo tanto la superficie afectada es baja
en relación al área pastoreada (esta últi-
ma varía en función del sistema de pas-
toreo). La mayor proporción de las deyec-
ciones se concentran en áreas cercanas a
la aguada y en zonas de descanso, por lo
que habrán áreas de alta concentración
de nutrientes y zonas con deficiencias, lo
cual genera un traslado de la fertilidad
de una zona a otra del potrero. El tras-
lado de nutrientes se puede disminuir
en parcelas de menor tamaño, con altas
cargas instantáneas con bebederos mó-
viles dentro de la parcela.
Analizando el balance de los macronu-
trientes, vemos que el nitrógeno (N) es
excretado por el ganado que devuelve
entre 70 a 95% de lo consumido, ma-
yoritariamente a través de la orina. Ge-
neralmente la dosis equivalente de N
aportado en una deposición de orina es
de unos 500 kg N/ha en bovinos. El 70 a
90% de dicho N se encuentra bajo la for-
ma de urea (compuesto lábil e inestable)
con lo cual este tiene una recuperación
del 25 al 40% por las plantas. En cam-
bio, el N de las heces se devuelve como
compuestos orgánicos y es incorporado
al suelo por acción de la fauna edáfica,
lo que favorece su inmovilización e in-
corporación.
En cuanto al Fosforo (P), otro impor-
tante macronutriente, retorna al suelo
principalmente a través de las heces. Por
tratarse de un nutriente de escasa movi-
lidad en el suelo, el aporte de P para las
pasturas se limita a la superficie cubierta
por las deyecciones. Aún con altas cargas
(4 vacas/ha) solo entre el 25 y 40% del
área pastoreada es afectada por este re-
torno de P en un año. A su vez, entre el
55 y 75% del P presente en las heces se
encuentra bajo formas inorgánicas utili-
zables por las plantas.
Foto: Plan Agropecuario
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