de pasar la mañana pesando los novillos Holando, un día he-
lado de invierno.
También de estos momentos se nutrió el aprendizaje, así
como de las jornadas de campo.
La jornada de campo
Ese día tan esperado en que se abren las puertas del es-
tablecimiento, es una gran oportunidad para previamente po-
ner la casa en orden y ejecutar aquellas tareas postergadas;
unos arreglan el camino de entrada, otros pintan las porteras,
los galpones se transforman, pero por sobre todo, para esa
jornada se ordena la información del establecimiento para
presentar por técnicos y dueño de casa; se prepara con tanta
ansiedad que algunos productores casi ni duermen la noche
anterior pensando en los más mínimos detalles de la organi-
zación.
Llegan los visitantes que se enfrentan a los datos del infor-
me, recorren los campos y ganados, preguntan, se intercambia
opinión, los productores todos aportan ideas, algunos más que
otros, pero todos escuchan; el dueño de casa asimila y cosecha
información y seguramente, más de uno queda reflexionando.
Sobre el fin de la jornada, en la cara del productor se refleja
la satisfacción del deber cumplido, agradece a la concurrencia,
reconoce el apoyo de los colaboradores, al personal de campo,
y por sobre todo a la familia que es la energía motivadora que
siempre lo acompaña.
Muchos participan de la organización y nunca falta una ve-
cina que viene a dar una mano, sino quien hace los pasteles
hojaldrados de dulce de leche, o los alfajores de coco, que se
comparten con la concurrencia, y también estos momentos son
parte de la jornada.
La base de esta estrategia de extensión es que se genera
una relación muy especial, hay un trato de igual a igual, se
nivelan conocimientos, se generan fuertes vínculos que se
comparten en un ida y vuelta.
Resultados de los proyectos
A todo esto, el resultado de estos proyectos arroja un
importante aprendizaje para todos gracias a la información
aportada por los productores; también se plantean nuevas
interrogantes, que demandarán nuevos conocimientos para
continuar aprendiendo.
Algunos de los proyectos los hemos coronado con algún
viaje al exterior para conocer otras realidades que también
compartimos y nos enriquecieron.
Por último, quiero destacar el principal resultado que
personalmente coseché, la imborrable huella de la amistad
conseguida por parte de esos productores y sus familias, esa
relación que por mucho que pase el tiempo, cada vez que nos
hablamos parece que nos hubiéramos visto ayer, y cada vez
que nos despedimos, ya estamos prometiendo vernos pron-
to, banquetes de por medio, que en algún momento vamos
a compartir.
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