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ción natural: los “pastizales” y siendo
aún más claro “campos naturales”.
Campos naturales que constituyen un
centro de origen y dispersión de es-
pecies, con más de 400 pastos dife-
rentes y que si le sumamos hierbas,
arbustos y árboles sobrepasan las
2.500. Especies que a través de miles
de años han logrado una adaptación
evolutiva a las condiciones de clima
y suelo y de una coevolución, inicial-
mente con una mega fauna herbívora
y más recientemente con venados de
campo, que les confiere una adapta-
ción al pastoreo por parte de herbívo-
ros. El campo natural es el que le da
competitividad internacional tanto a la
cadena cárnica como a la lanera, de-
bida entre otros factores a los bajos
costos de producción.
Entre muchas otras características
nuestros campos naturales son re-
sistentes (capaces de soportar un
disturbio) y resilientes (capaces de re-
cuperarse luego de un disturbio). Es-
tos atributos son determinantes clave
de la estabilidad de los sistemas en
el mediano y largo plazo, lo que hace
que el campo natural sea el recurso
forrajero menos vulnerable a las fluc-
tuaciones climáticas y con mejores
condiciones para ajustarse a los cam-
bios climáticos.
En tal sentido todo proceso que im-
plique intensificación deberá tener en
cuenta a los campos naturales como
elemento central del planteo. Estos
jugarán un rol preponderante en un
ambiente caracterizado por la incerti-
dumbre generada por la alta variabili-
dad climática y sus eventos extremos
(sequías e inundaciones). La intensifi-
cación deberá entonces combinar me-
joras en el manejo del campo natural,
el uso de suplementación y el desa-
rrollo de módulos de alta producción
forrajera. La aplicación de tecnologías
de proceso que involucra el uso de
nuevos conocimientos será de vital
importancia en este contexto.
Una propuesta de intensificación con
base en el campo natural (ICBCN)
El manejo del campo natural
La intensificación con base en el
campo natural necesita de mejorar
el manejo y utilización de los campos
naturales. Existe un abanico de oportu-
nidades que aisladamente o en forma
complementaria pueden ser aplicadas
con este fin. Muy resumidamente des-
tacamos las siguientes:
• Ajuste de la oferta de forraje a los re-
querimientos animales, lo cual bási-
camente se logra a través del ajuste
y manejo de la dotación animal. Para
ello el seguimiento de la producción
forrajera vía teledetección es una he-
rramienta de gran ayuda.
• Diseño e instrumentación de infraes-
tructura básica según la heterogenei-
dad de los recursos forrajeros y del
paisaje (aguadas, subdivisiones y
sombra).
• Manejos diferenciales del pastoreo:
pastoreo continuo con carga ajusta-
da, diferimiento de forraje, pastoreos
controlados, manejo según comuni-
dades vegetales.
Acciones complementarias de ma-
nejo
Las mejoras en el manejo del CN
podrán ser complementadas con op-
ciones que impliquen un uso más in-
tensivo de insumos con compromiso
ambiental. Esto significa contemplar
tres aspectos: lograr unamayor produc-
ción de bienes, conservar los servicios
ecosistémicos y mantener caracterís-
ticas como la resiliencia y resistencia
a fenómenos adversos. Las opciones
son fundamentalmente dos: la suple-
mentación y/o la instrumentación de lo
que daremos a llamar módulos de alta
producción forrajera (MAPF).
Suplementación
La suplementación permite corregir
las variaciones en producción y calidad
que el recurso forrajero natural pre-
senta a lo largo del tiempo y así mejo-
rar la productividad animal en distintas
etapas del proceso productivo (cría-re-
cría-engorde). Hoy día la suplementa-
ción proteica es el complemento ideal
de una correcta asignación de forraje
para lograr un mayor aprovechamien-
to de este recurso cuyo costo de pro-
ducción es muy bajo. En situaciones
de déficit forrajeros provocados por
variaciones climáticas extremas la
suplementación energética permitirá
atenuar con mínimo costo las pérdi-
das que producen dichos eventos.
Módulo de alta producción forrajera
(MAPF)
El desarrollo de este tipo de módulo
puede basarse en una serie de opcio-
nes:
• Pasturas naturales fertilizadas.
• Mejoramiento de bajos.
• Mejoramiento de campos naturales.
• Praderas y cultivos forrajeros anua-
les.
• Rotación agrícola/ganadera.
• Riego de pasturas y cultivos.
El fundamento de la existencia del
MAPF es que sea la frutilla que le
ponemos a la torta y es una forma
(aunque parezca paradójico) de cuidar
y estimular la producción de los re-
cursos forrajeros naturales y a su vez
conciliar la producción y conservación.
La importancia o tamaño relativo del
módulo será variable y dependiente