Revista del Plan Agropecuario N° 162 - page 45

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una respuesta más precisa al proble-
ma de la nutrición mineral del ganado.
Es decir, a diferencia de lo que ocurría
algunos años atrás, hoy es posible pe-
dir un suplemento mineral a medida,
sin tener que pagar más que lo que
cuesta una línea comercial de simila-
res características y sin necesidad de
comprar un gran volumen.
Los resultados de los análisis no se
interpretan de manera aislada o lineal,
por el contrario, requiere integrar la
visión completa del sistema de pro-
ducción, apoyándose en un técnico
interiorizado en el tema.
La variación entre animales, entre
potreros, entre años, etc., puede ser
significativa, por lo cual es importante
tener más de un análisis para com-
prender la situación, siempre conside-
rando el sistema en su conjunto.
Etapas en la evolución de las defi-
ciencias minerales
Para el diagnóstico, el tratamiento
y la prevención de las deficiencias de
minerales en rumiantes es importante
saber, en forma general, que antes de
que aparezca un síntoma, en el orga-
nismo del animal ocurre un proceso
que comprende varias etapas.
El animal posee varios sitios de re-
serva de minerales y vitaminas. El
hígado es un depósito común para
micronutrientes (cobre, hierro, vitami-
na A, vitamina B 12), pero existen al-
gunos depósitos, como la matriz ósea,
de donde ellos no pueden ser rápida-
mente movilizados.
Cuando los requerimientos del ani-
mal son mayores que la absorción
de minerales, el organismo inicia un
proceso de compensación del déficit,
para mantener la concentración de
1os mismos en los sitios donde cada
mineral cumple su función, pasando
por las siguientes etapas:
Fase 1. Depleción:
La reserva del
mineral en el organismo disminuye
progresivamente. Durante este pe-
ríodo, el nivel circulante del mineral
en la sangre se mantiene aproxima-
damente constante y los sistemas
enzimáticos permanecen normales,
aunque en algunas deficiencias (co-
bre) pueden aparecer algunos daños
importantes pero sin que se observen
síntomas.
Fase 2. Deficiencia:
Cuando las re-
servas son demasiado bajas, el nivel
en sangre comienza a disminuir, el
sistema enzimático es menos eficaz
y se conserva una mínima concentra-
ción del mineral para la actividad fisio-
lógica. En esta fase se ha demostrado
la inmunodepresión (mecanismos de
defensa limitados) en rumiantes, por
ejemplo cuando hay deficiencia de de
cobre y selenio.
Fase 3. Clínica leve:
aparecen pro-
gresivamente lesiones bioquímicas
con muy pocos signos clínicos, acom-
pañadas por pérdidas en la produc-
ción. Esta fase, denominada deficien-
cia subclínica funcional o disfunción,
es la más frecuente y difundida. Es
muy difícil de efectuar un diagnóstico
clínico, porque los síntomas no son
evidentes y se necesita realizar la con-
firmación por análisis de laboratorio
(en general, evaluando la concentra-
ción en la sangre del microelemento
o de enzimas específicas).
Fase 4. Clínica:
es la etapa terminal
con deficiencia clínica grave y sinto-
matología específica para cada mi-
croelemento. La instauración de esta
etapa dependerá de:
a) la intensidad de la deficiencia (dé-
ficit instantáneo entre requerimien-
tos y aportes);
b) la duración de déficit;
c) la reserva corporal inicial del mi-
croelemento.
Estos son los tres componentes que
determinan la severidad de una de-
ficiencia.
La primera fase (depleción), puede
no presentarse en los minerales con
reserva corporal escasa o de difícil
movilización (zinc). Por otra parte, esta
fase puede acelerarse en animales
en crecimiento; debido a la ingestión
de antagonistas o bloqueantes de la
absorción (molibdeno, azufre, hierro,
y fitatos para cobre; calcio para zinc);
por ocurrencia de diarreas de distintos
orígenes (vírico, bacteriano, parasita-
rio, o nutricional); debido a otras con-
diciones (ingestión de tierra por sobre
pastoreo para cobre y zinc).
Signos que permiten identificar la
carencia mineral
Cada mineral tiene uno o varios si-
tios de acción, o funciones específi-
cas, por lo cual suele asociarse la ca-
rencia de cierto mineral con un cuadro
específico. Aunque algunas veces es
posible relacionar una sintomatología
Foto: Plan Agropecuario
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