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FONDO DE TRANSFERENCIA Y CAPACITACIÓN
El establecimiento “El Ceibo” de
Orlando Calvette se ubica en el
paraje Mataojo, a 6 km de Pue-
blo Edén, departamento de Mal-
donado. Trabaja sobre 420 ha
(90 % de propiedad) en campos
de sierra con relieve fuertemente
ondulado donde más de la mitad
del área son sierras rocosas. Es
productor ganadero desde sus
orígenes y continúa con esta ac-
tividad hasta la actualidad. La
mayor parte de su vida se dedicó
a la cría y actualmente realiza ci-
clo completo como forma de sim-
plificar el sistema.
“Siempre pensando en el mañana”
Orlando Calvette – Establecimiento El Ceibo
Ing. Agr. María Fernanda Bove
Instituto Plan Agropecuario
En nuestra primera visita al cam-
po nos impactó el lugar, ya que la
casa de Orlando se ubica al pie de
las sierras cercano a una cañada; es
un paisaje extraordinario. Orlando
nos esperaba con sus 81 años de
edad recién cumplidos, con la yegua
ensillada para ir a buscar ganado y
así mostrarnos su producción. Su-
bió a la yegua y salió al trotecito con
la ayuda de un perro “por si alguna
vaca se queda debajo de los coroni-
llas”. Es un hombre con una fortaleza
y empuje difícil de encontrar.
Consideramos que una persona
con esta trayectoria y sabiduría tiene
mucho para aportarnos; conversa-
mos con él y su historia lo dice todo.
¿Dónde te criaste, como fue tu in-
fancia?
Nací y me crié en esta zona. Éra-
mos siete hermanos, cuatro varones
y tres mujeres y yo era el más chico.
Mis padres eran productores gana-
deros y ovejeros; también durante
nuestra infancia vendían leña. Desde
temprana edad trabajamos ayudan-
do a nuestros padres en sus tareas.
La escuela nos quedaba a 5 km de
la casa y como éramos muchos, em-
pecé la escuela con nueve años di-
recto a tercer grado. De tercero me
pasaron a sexto de escuela.
Mi padre quiso que estudiáramos,
porque siendo tantos no podíamos
vivir todos del campo ya que era chi-
co, no llegaba a 400 cuadras. Había
que estar unos meses en escuela
urbana para poder pasar al liceo.
Me fui a vivir a San Carlos con unos
tíos que me trataban bárbaro, pero
nunca me hallé. No me gustaba es-
tudiar, siempre me gustó trabajar en
Foto: Plan Agropecuario
