REVISTA DEL PLAN AGROPECUARIO
además de su juventud (sólo 22 años) y
escasa formación (sólo tubo formación
práctica en geología con el profesor Sed-
gwick y durante el viaje leyó la obra de
Lyell) corrigió su primera deducción y lle-
gó a la conclusión final que se originaron
como consecuencia de un fenómeno gla-
cial, lo que se confirmó en la actualidad.
Toda la poca riqueza que hay a nivel
terrestre, abunda en el mar. Decía Darwin
que el mar que rodea las islas son ver-
daderas selvas tropicales sumergidas. Un
ejemplo de esta riqueza son algas con
hojas gigantes (kelps, de allí el gentilicio
de kelpers), con hojas de un tamaño y
consistencia semejante a una carona de
un recado. Muy buscadas y comidas por
lanares y vacunos por contener microele-
mentos. Estas algas también son recogi-
das, molidas y usadas como fertilizante.
Existe una gran diversidad de peces y
grandes mamíferos marinos, los que son
muy abundantes.
Algo de historia para entender el
sector agropecuario
Luego de leer mucho uno se da cuenta
que hay muchas y confusas versiones so-
bre la colonización de las islas pero hay
episodios los cuales destaco que llaman
mi atención debido al anecdotario exis-
tente o por la vinculación con nuestro país.
Se mencionan a los portugueses, in-
gleses y franceses como los primeros en
descubrir o visitar las islas. Las disquisi-
ciones finas o eruditas que las hagan los
historiadores o como sabiamente dijo
Darwin 1834, “este lugar ha sido siempre
un hueso muy codiciado por distintas na-
ciones, pero me siento generalmente feliz
de dejar esa preocupación a otros”.
Lo cierto es que en 1764 Louis A. Bouga-
inville, militar francés, explorador, en ho-
nor al cual se nombraron islas, y plantas
como la Santa Rita (Bouganvillea specta-
bilis), planta ornamental de jardín, entre-
gó las islas a la corona de España.
Posteriormente hubo idas y venidas y
colonizaciones simultáneas en diferentes
partes por diferentes países. Lo cierto es
que hay dos nombres que vinculan las is-
las con el Río de la Plata.
Luis Vernet, de origen familiar francés
fue quien inició una tarea colonizadora
y desarrolló las primeras explotaciones
ganaderas en las islas. Las gobernó (por
Charles Darwin, padre de la teoría
de la evolución que siendo muy
joven visitó las islas en dos oportu-
nidades, 1833 y 1834.
La anécdota de Bougainville, Commerson
y Baret
Bougainville fue el primer francés que circun-
navegó el mundo, y llevaba un botánico llamado
Philibert Commerson, quién también en honor a él
se nombraron ciertas especies vegetales y anima-
les (entre ellos un pariente de la papa y un delfín
o tonina). Este tenía un ayudante para colectar y
herborizar ejemplares llamado Baret. Lo cierto es
que en su periplo y en el desembarco en diferentes
islas, en general no eran bien recibidos por los na-
tivos, salvo en una que desembarcaron y a la bre-
vedad no sólo fueron bien recibidos sino que los
nativos comenzaron a armar una fiesta en honor a
ellos. Frente a esto Bougainville preguntó al caci-
que a que se debía tanta amabilidad y despliegue.
El cacique contestó que ellos adoraban a las mujeres y que por tal motivo estaban
haciendo dicha fiesta. Bougainville, totalmente desconcertado y sorprendido miró a
sus compañeros y solicitó al cacique que le indicará donde estaba la mujer. El mis-
mo sin dudar señaló a Baret. Baret era Jeanne Baret, mujer, el amor de Commerson
que estuvo dos años en un pequeño barco sin que nadie se enterara de que era
mujer, pero que los nativos la reconocieron inmediatamente por el olor. Bougainville
en su memorias escribió, “se portó escrupulosamente bien, lo único que notábamos
es que siempre se bañaba aparte”. La armada francesa no aceptaba mujeres en la
marina por lo que ambos fueron dejados en las islas Mauricio. Hoy se ha escrito un
libro en honor a ella revalorizando sus dotes de botánica.
parte de la Argentina) durante unos años
y llevó allí gauchos del Río de la Plata.
Incluso después de la matanza de Salsi-
puedes además de mandar Charrúas a
un circo en Francia, historia más conoci-
da, también se embarcaron a otra parte
del mundo, se cree que 5 fueron a dar a
las islas. Estos gauchos fueron algunos
de los que construyeron los más de 30
corrales circulares de piedra que todavía
existen en las islas.
La parte sur de la isla oeste se llama
Lafonia, en honor a Samuel Fisher Lafo-
ne, aristocrático inglés que muy joven se
afincó en Argentina a labrar su porvenir
independizándose de sus padres y su for-
tuna. Se casó por el rito protestante en
Argentina, lo cual era mal visto, siendo
desterrado por Juan Manuel de Rosas, el
cual también encerró a su esposa en un
convento. Más tarde se vinieron a Uru-
guay donde se radicaron en Montevideo
y se nacionalizó uruguayo. Era dueño de
toda Punta del Este, de la isla Gorriti, te-
nía una concesión en las isla de Lobos y
fundó el barrio la Victoria (en honor a la
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