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mente con la señal de que debe ir para
arriba (geotropismo negativo), es decir
que se esforzará en subir a la punta del
pasto.
Dado que solo se puede alimentar de
sangre bovina, tiene los días contados
para encontrar su huésped antes de
que se le acaben las escasas reservas
que tiene. Por eso decimos que es una
“larva sentenciada”, si no encuentra rá-
pido a un bovino se muere (y de hecho
una gran proporción de ellas nunca al-
canza a la vaca).
Una vez en el bovino, en algunas ho-
ras buscará una zona de piel laxa y ca-
liente (entrepierna, axilas, alrededor de
la cola y cara posterior de los cuartos,
etc), donde se fijará desprendiéndose
solo para caer a poner huevos en el
suelo. El macho, que no se fija, busca-
rá hembras para copular y nunca crece-
rá más de 2-3 mm.
La mayor parte de la vida sobre la
vaca, la garrapata es muy pequeña,
casi imperceptible a la vista, ya que
desde medio milímetro cuando sube
alcanza 4-5 mm a los 15 o 16 días, du-
plicando su tamaño en las últimas 24
horas antes de caer. Por lo cual la co-
rrecta inspección se debe hacer con la
mano.
El otro elemento que compone esta
clave, es la
resistencia
que la garrapa-
ta puede haber adquirido frente a los
tratamientos utilizados.
La habilidad de adaptarse al ambiente
(incluyendo los tratamientos) es lo que
hace que las especies sobrevivan a los
cambios; la garrapata ha demostrado
que en periodos de pocos años puede
adquirir resistencia a los productos que
usamos para matarla.
Este proceso es
inevitable, irrever-
sible y muy específico,
es decir que
siempre se va a dar, que una vez que
se presenta no tiene vuelta a atrás (“el
producto se quemó”) y se da solo para
los productos usados en cada esta-
blecimiento. O sea que en cada lugar
habrá resistencia a aquellos productos
que fueron usados. Dicho de otra ma-
nera, en cada establecimiento los pro-
ductos que funcionan pueden ser dife-
rentes a los establecimientos vecinos.
Claro está que nuestras acciones
afectan este proceso; podemos acele-
rar o enlentecerlo y será muy diferente
que la resistencia a un producto apa-
rezca luego de 15 años o luego de 3.
Cuantas más veces se usa un produc-
to, antes aparece la resistencia y más
rápido aun si no se respetan las buenas
prácticas de uso de los medicamentos.
En nuestro país ya hay establecimien-
tos donde la garrapata tiene resisten-
cia a casi todos los garrapaticidas, pero
hay muchos donde funcionan varios
productos.
Conocer las armas
La segunda clave, es
conocer las
armas,
donde tienen el primer lugar
los garrapaticidas. Aunque hay una
enrome cantidad de presentaciones
y nombres, algunos son de aplicación
inyectable, otros por baños y otros
Pour on, debemos tener claro que son
6 “familias”: Fosforados, Piretroides
(cipermetrinas), Amidinas (amitraz),
Ivermectinas, Fipronil y Fluazurón (los
primeros son los más antiguos).
Cuando hay resistencia a uno de los
componentes de la familia, todos es-
tarán comprometidos, por ejemplo: si
no funciona la Ivermectina tampoco lo
hará la Abamectina o la Doramectina.
En muchos establecimientos, es fre-
cuente que la garrapata tenga resisten-
cia frente a 2 o más de estas familias,
por ello es muy importante, hacer el
test de sensibilidad, para saber cuáles
podemos usar.
También podemos mencionar que hay
experiencias en proceso en Uruguay
(basadas en desarrollos de otros paí-
ses), que intentan agregar otras armas
como son:
• Vacunas que proporcionan al bovino
Garrapatas desovando
Macho y hembra copulando