Foto: Plan Agropecuario
do los costos productivos, ya que como ali-
mento, el pasto sigue siendo el más barato.
¿Qué variables identifica como impor-
tantes?
El sistema invernador pastoril tiene tres
partes: la compra del ganado, la produc-
ción y manejo del pasto y la venta. La
compra, tanto como la venta en lo que
refiere a la operativa, se ha facilitado
mucho. La venta en el frigorífico es muy
transparente; se puede vender directo, ir
a la faena, se clasifican las carcasas, etc.
Hoy está muy uniformizado el sistema en
todos los frigoríficos.
En la compra hay mucha gente que sabe
clasificar los animales, se presenta toda
la información de los lotes, hay pesaje
para las tres partes, se puede comprar
exactamente lo que uno quiere.
Entonces, el desafío es producir pasto y
manejarlo bien. La empresa hoy, en estos
dos años ha capitalizado la información
y la pastura se está manejando mejor. El
ajuste de carga, las ganancias por hectá-
rea, las tasas de ganancia individuales y
los tiempos de descanso de las pasturas,
son medidas de manejo que hemos esta-
do tratando de ajustar.
Otra cosa importante, es el tipo de pas-
tura que se adapta a cada sistema y al
tipo de suelo. Hoy sabemos que la festu-
ca, trébol blanco y lotus corniculatus, se
adaptan bien a este campo.
El objetivo es continuar con la inverna-
da de vaquillonas y tener alto porcentaje
de pasturas perennes y aprovecharlo bien
en la primavera. A su vez, organizar el sis-
tema para que las praderas descansen en
verano para cuidar principalmente la pe-
rennidad de la festuca, bajando la carga a
través de la venta o que pastoreen sobre
campo natural de bajos, (que en este cam-
po tienen muy buena producción) y/o su-
plementándolas con fardos y silo de sorgo
de grano húmedo producidos en el predio.
El peor enemigo de los cultivos de fes-
tuca es el pastoreo intenso en verano.
Hay que manejar las praderas mixtas en
función de la festuca. Parecen conceptos
sencillos, pero uno los va incorporando
con la práctica. Con estos manejos se ali-
nea el período de descanso de las prade-
ras con la venta de ganado.
¿Cuál sería su reflexión final?
El desafío principal es el manejo de la
pastura y como se afecta la producción y
perennidad de la misma, lo cual define la
producción de carne del sistema. Considero
que hemos avanzado mucho en este tema,
hemos ido aprendiendo y hemos tenido
una producción de 240 kg/ha de carne con
un área mejorada, que es el 56% del área
total del predio.
El permanente desafío del invernador, es
pensarlo y repensarlo todos los años. Sigo
con dudas sobre la categoría, veo la gente
que hace invernada de novillos formados
y lo tomo como una buena opción, ya que
cuando uno compra teneros, muchas veces
cuesta mucho repuntar ese animal. Si se
hace con novillos formados, en seguida se
repone, pero hoy es una categoría difícil de
conseguir.
El negocio del ganado sirve, hay que bus-
carle la vuelta. Los protocolos en la soja son
todos iguales, pero en la ganadería los ma-
tices son muy diferentes.
Considero que no hay recetas generales y
que cada predio tiene que armar su propio
diseño, pero lleva un tiempo. Hay que dar-
se un baño de humildad y sentarse en el
sillón de los que no saben y tratar de ro-
dearse de buenos técnicos, gente que sepa,
que te ayude a pensar el sistema… en eso
estamos.
Fondo de Transferencia y Capacitación
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