Revista del Plan Agropecuario N° 166 - page 20

Género
empezaron las responsabilidades, algunas
dieron un paso al costado, por trabajo, falta
de compromiso o de tiempo, pero el tiempo
hay que hacérselo.
Como grupo, hemos pasado por muchos
momentos, hemos tenido asistencia y he-
mos estado solas, algunas compañeras se
han alejado y nuevas se han ido incorpo-
rando, colaborando de diferentes formas,
desde donde cada una puede.
Hemos afrontado dificultades, y hablando
entre todas, las hemos resuelto. Por el solo
hecho de estar en grupo recibimos muchas
ayudas, que no se reciben estando aisla-
das; por ejemplo, la Unidad de Desarrollo
de Intendencia de San José nos amadrinó
en un proyecto de la FAO mediante el cual
se obtuvo un horno Industrial, de dimensio-
nes suficientes para satisfacer necesidades
de la comunidad y hoy se encuentra a su
servicio. También accedimos a los CAM (Cur-
sos Adaptados al Medio) de U.T.U. Recibimos
charlas sobre salud, nos visitaron médicos,
ginecólogos, recibimos cursos de primeros
auxilios, nos ha visitado el policlínico móvil
de la Intendencia proporcionando el acce-
so a vacunas, carnet de salud, facilitando la
gestión para el trámite de libretas de con-
ducir y permitir así una mayor movilidad o
manejar maquinaria agrícola. Todo eso lle-
gó porque en la zona había un grupo orga-
nizado.
A partir de una casa abandonada que re-
cibimos como donación, con mucho es-
fuerzo generamos un espacio de reunión.
Luego, mediante un Proyecto de Fortale-
cimiento Institucional del MGAP se logró
la construcción de un salón multiuso, con
un pozo semisurgente y la remodelación
del oratorio, en el cual se llevan a cabo
actividades religiosas para la comunidad.
El proyecto contemplaba un aporte nues-
tro como contraparte, con el cual todas
aportamos desde nuestro lugar más fuer-
te. Hoy, este espacio también lo usa la es-
cuela para la realización de beneficios, la
comunidad para formarse y realizar acti-
vidades sociales.
Las distintas trabajadoras sociales capaci-
taron al grupo y a la comunidad sobre en-
foque de género. En 2008 fuimos invitadas
por la Bancada Bicameral Femenina en el
Día de la Mujer al Palacio Legislativo. Des-
de hace varios años una representante del
grupo asiste mensualmente a la Mesa de
Desarrollo Rural. Una integrante del grupo
escribió un libro sobre la historia de la zona.
Hoy sentimos que el recorrido de este Gru-
po de Mujeres Rurales dio sus frutos, gra-
cias a nuestro esfuerzo. Se han creado lazos
de amistad y de unión, sabemos que somos
distintas, conocemos nuestras fortalezas y
debilidades y esa heterogeneidad, el apor-
te organizado desde las diferencias, hace
fuerte el grupo. Sabemos que las personas,
seguimos el ritmo de la vida, algunas vie-
nen, otras se van, pero crear raíces fuertes
es fundamental para que el grupo como tal,
permanezca y crezca en el tiempo.”
Uruguay desde dos sedes: Salto
presente
En medio de la organización de la parti-
cipación nacional, la que, en primera ins-
tancia, iba a llevarse adelante solo desde la
sede del Plan Agropecuario en Montevideo,
las ganas de “ser parte” fueron creciendo.
Fue entonces cuando Comisión Nacional
de Fomento Rural, ofreció las instalaciones,
equipos y asistencia de la Sociedad de Fo-
mento de Salto, que junto al apoyo de la
referente de DGDR, permitió implementar
otro punto de conexión en el norte del país.
Desde allí, participaron representantes de
organizaciones (Sociedades de Fomento de
Salto, Colonia 18 de Julio, Colonia Osimani
y Llerena, Colonia Rubio y Mujeres Viña),
profesionales, estudiantes y docentes de la
UDELAR.
El grupo en el norte fue nutrido y entusiasta
y su presencia fue destacada por la organiza-
ción general del evento desde Buenos Aires.
De sus reflexiones en el redondeo final sur-
ge que:
• Frente a las ponencias desde los distintos
países participantes, puede concluirse que
en el territorio (Salto) existe mucho “cami-
no andado”; hubo respuesta a las distintas
líneas de trabajo con enfoque de Género,
la mujer está empoderándose, está par-
ticipando y asumiendo roles visibles y de
decisión en los predios, organizaciones, etc.
• Es importante seguir trabajando el tema y
llegar a más mujeres, ya que aún pueden
constatarse brechas; es necesario aumen-
tar los apoyos económicos en insumos,
equipos, inversiones y asistencia técnica
para iniciar emprendimientos y seguir te-
niendo espacios e instancias de intercam-
bio, capacitación y reflexión.
• Se manejó la idea de participar en la próxi-
ma edición del seminario compartiendo
este tipo de experiencia en una ponencia
específica, con el ánimo de contribuir a esta
construcción colectiva frente a una reali-
dad, que más allá de las especificidades,
trasciende las fronteras locales.
El seminario en el marco del
Año por el Empoderamiento de
las Niñas y Mujeres Rurales
Tal y como se comentaba en el número
anterior de nuestra revista, el 2018 ha sido
declarado el Año por el Empoderamiento
de las Niñas y Mujeres Rurales, instancia
que invita a instituciones y organizaciones
de la sociedad civil a contribuir con la vi-
sibilización de la situación de estos gru-
pos y trabajar por el logro de la equidad y
pleno goce de derechos.
Entendemos que este seminario ha
aportado a estos objetivos, ya sea des-
de la invitación implícita a conocernos,
acercarnos y trabajar juntas, en este caso,
trascendiendo además las fronteras na-
cionales como brindando un espacio
para compartir con otras, trayectorias de
trabajo que inspiran, proporcionan ideas
y alertan sobre dificultades para poder
superarlas.
Seguramente, solo un granito de arena;
así estamos acostumbradas, pero igual-
mente convencidas que los grandes ob-
jetivos también se logran a partir de la
suma de esas pequeñas cosas, que al fi-
nal, hacen la diferencia.
Foto: Plan Agropecuario
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