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Durante el periodo comprendido entre el 15 de junio y el 15 de agosto, la
situación climática fue normal para la época. Los días fueron fríos y se
registraron varias heladas agrometeorológicas.
El régimen de lluvias fue el normal, las precipitaciones fueron frecuentes y
los volúmenes de agua acumulados fueron cercanos al promedio. Durante
este periodo hubo una gran cantidad de días nublados, situación que no
colabora con la producción forrajera, pero que además, no permitió que
los suelos se secaran, originando problemas para el pastoreo con animales
y el uso de maquinaria.
La mayoría de las aguadas artificiales se completaron. Los niveles de los
cauces naturales han sido altos, pero no se han registrado daños por
desbordes de ríos y arroyos.
Debemos recordar que hubo un déficit hídrico y forrajero que comenzó en
la primavera de 2017 y se extendió hasta el comienzo de otoño de este
año, por lo cual muchos productores no pudieron acumular pasto y por lo
tanto diferirlo para el invierno. Por este motivo y debido al crecimiento
habitual de las pasturas en invierno, que es mínimo, hay poco forraje
disponible para los animales en gran parte del país. Hubo excepciones de
acuerdo a la zona y el manejo predial, pero el déficit forrajero fue general.
En el caso de los mejoramientos, se observó que tuvieron una buena
respuesta debido a la baja competencia con las pasturas nativas y la
fertilización natural luego de una sequía.