This is a SEO version of revista 150. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »53
otro lado, la incorporación de nitrógeno (por leguminosas) y materia orgánica al sistema en la fase de pasturas que permiten mayores potenciales de pro-ducción en la siguiente fase agrícola (15 % de diferencia en rendimiento a favor del arroz que viene de pradera). También debe mencionarse el bajo costo relativo de implantar una pradera en rastrojo de arroz frente a la prade-ra convencional por no requerir fertili-zación inicial. El sistema de riego por inundación (que genera condiciones de anaerobiosis) en el cultivo de arroz produce un ambiente de reducción que hace que la disponibilidad instan-tánea de fosforo (P) sea mayor, incluso tiempo después de haberse drenado la chacra. Esto, sumado a la cantidad de rastrojo presente que actúa como pro-tección y la humedad de la chacra, ge-neran un medio muy favorable para el desarrollo de las especies a implantar, sobre todo hablando de la buena dis-ponibilidad de Fósforo requerido para el buen desarrollo de las leguminosas, las cuales exigen en este nutriente cantidades mayores a las disponibles en situaciones normales.
¿Qué es necesario para lograr una buena pastura?
Para aprovechar todos estos bene-fcios dejados por el cultivo previo, es de suma importancia realizar la siembra de la pastura temprano en el otoño, de manera de lograr también buenas condiciones climáticas para su implantación antes de las heladas, y un buen desarrollo radicular para soportar mejor las condiciones del pri-mer verano. Por todas estas razones se debe planifcar para lograr sembrar la pastura inmediatamente después de la cosecha del grano. La oportuni-dad de sembrar la pastura temprano está muy condicionada por la fecha de siembra del cultivo de arroz previo y a las condiciones de la chacra post co-secha. Debido a las recomendaciones de INIA cada vez más los productores arroceros están adelantando la fecha de comienzo de siembra a la segunda quincena de Setiembre con el objetivo de terminar de sembrar el total de las chacras durante el mes de Octubre,
con el fn de hacer coincidir el pico de radiación con el período de foración del cultivo de arroz. Las bajas tem-peraturas son las limitantes en fjar la fecha para comenzar a sembrar. El programa de mejoramiento genético de INIA ha trabajado en nuevos culti-vares que se adapten a siembras tem-pranas ya que si se logra lo anterior es cuando se obtienen los mayores rendimientos en arroz. En el caso de siembras de setiembre y octubre se logran cosechas temprano a partir de mediados de febrero y marzo, mejo-rando la oportunidad de implantación de la pastura y ampliando el espectro y opciones de especies forrajeras a utilizar.
Durante la trilla es importante que la cosechadora cuente con un picador y distribuidor de la paja en caso de no ser enfardada, ya que de lo contrario quedan gavillas con material volumi-noso, impidiendo el buen contacto de las semillas con el suelo en par-tes de la chacra, ya sea en siembras aéreas o terrestres. La paja de arroz es un subproducto muy utilizado en momentos de escasez de forraje aso-ciado a situaciones de sequía, coinci-dentes también con la oportunidad de lograr condiciones que posibiliten el enfardado en seco.
También es de suma importancia evitar la acumulación de agua en el momento de sembrar la pastura. Esto se logra haciendo un buen drenaje, cortando las taipas y posibles huellas de la cosechadora, tractores o tolvas
(en el caso de cosechar con mucha humedad en el suelo), con implemen-tos como ruedas de ferro o taipera realizadas controlando la pendiente. El efecto del agua empozada en cua-dros o en las huellas puede disminuir de forma importante la implantación y causar una demora en la misma. Este efecto se extiende en casi toda la vida útil de la pradera, ya que en los luga-res donde estuvo el agua empozada, volverá a estar de la misma manera en invierno si no se resuelve el problema. Esto hace que haya zonas donde no prosperen las especies sembradas pudiendo generar una infestación de malezas e incuso gramilla. Algo pare-cido pero menos visible ocurre cuan-do se pastorea el rastrojo de arroz con el suelo muy húmedo, donde las hue-llas de los animales (sobre todo si son pesados) dejan pequeños pozos. Los resultados de la investigación para el Norte en cuanto al retiro del agua con el cultivar INIA Olimar (varie-dad más utilizada junto a EP144), de-terminaron que el retiro de agua anti-cipado a partir de los 20 días después del 50% de foración, no afectaron los rendimientos y calidad industrial del grano, lo cual estaría determinando mejores condiciones de suelo para la cosecha, la cual se realiza a los 40 días después de foración, y posterior siembra e instalación de las pasturas. De todas maneras no siempre co-incide que el cuadro destinado a pasturas sea un área en donde el arroz haya sido sembrado temprano y co-
This is a SEO version of revista 150. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »