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sibilidad de vincularme a un proyecto novedoso de apoyo a la investigación que me posibilitó adaptar mi capaci-dad vinculada a los Proyectos pero en el campo de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). La insti-tución había elegido un nuevo Director General, más vinculado a la concepción del viejo Plan, y yo que venía empujan-do una cantidad de ideas e iniciativas vi que ya no iba a poder avanzar dentro del Plan, no iba a poder contribuir. Los tiem-pos institucionales y los personales no siempre van de la mano, asi que trabajé algunos meses más y preferí cambiar. Pasé a un mundo de otra velocidad, sin techo. Empecé en un proyecto específco (FRIDA), luego el area de Cooperación Institucional y mas tarde se abrió la posibilidad de gerenciar el Área de Comunicaciones, la que tam-bién incluye cooperación institucional, relaciones internacionales, eventos y capacitación. Hubo un llamado abierto, me presenté y me dieron la confanza para dirigirla. El mundo en que estoy hoy, LACNIC, es la organización que administra las direcciones de Internet y trabaja a nivel regional. Es una de las 5 entidades que hacen esto a nivel glo-bal. Atendemos toda Sudamérica, Cen-

troamérica, México y parte del Caribe desde Montevideo. Somos parte de las pocas entidades directamente vincula-das a los procesos de la gobernanza de Internet. Nuestro mandato proviene de la comunidad, que se articula en proce-sos de discusión abiertos, participativos y bottom-up (de abajo hacia arriba) en los que cualquiera puede participar y contribuir. La comunidad es la que def-ne las reglas que debemos aplicar en la gestión de los recursos (direcciones de Internet) que administramos.

El Plan es un instrumento fantásti-co al servicio del país, que ha hecho una contribución histórica. Creo que es una herramienta muy valiosa, que tuvo y tiene gente extremadamente meritoria, técnicos, administrativos y directivos. Me parece que los pro-blemas históricos han pasado por el fnanciamiento y el liderazgo político. Tener que buscar permanentemente su fnanciamiento y la falta de apoyo político o sus cambios, han limitado la capacidad del Plan para generar pro-yectos y líneas de trabajo estables de largo plazo, que impacten en mayor medida en la radicación de la gente

en el campo, en mejoras de su calidad de vida, en la adaptación tecnológica de los productores. Contribuir a rom-per la idiosincrasia de “hoy tengo una sequía, hay que vender”, todo a corto plazo. Y pasar a pensar “tenemos in-formación de que se viene una seca” entonces ¿qué voy a hacer hoy para estar mejor preparado? ¿Cómo hago que la seca tenga menor impacto? o incluso ¿cómo puedo tomar ventaja de eso? Hay que anticiparse a los te-mas, planifcar. Mucho se ha hecho a pesar de todo, gracias a la calidad de su equipo técnico.

Entiendo que la capacidad de contri-bución de una organización como el Plan está en el mediano y largo pla-zo no a corto plazo. Es claro que se puede actuar sobre la coyuntura y el Plan, ya lo ha hecho muchas veces y bien. Y está preparado para eso, para ayudar a paliar una situación de crisis (fuimos “bomberos” muchas veces). Pero su impacto real debiera evaluar-se por la mejora permanente en las capacidades de la gente, para antici-par y reaccionar adecuadamente ante los cambios en las variables del am-biente. Y en eso, el saldo del Plan es tremendamente positivo.