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vacas estaba cerca de su hijo. Todo indica que el Alejamiento po-dría haber sido efectuado sin proble-mas ese quinto día después de la Separación. En la práctica, fue hecho entre siete y nueve días después de ella, por razones de funcionamiento. En la medida que se utilice un perío-do Tablilla-Separación menor de 38 días, habrá que evaluar si períodos Separación-Alejamiento tan cortos son sufcientes. Pero no es espera-ble que sea necesaria una duración mayor de 10 días. La gran ventaja es que dicha evaluación puede ser hecha con observaciones sencillas, como la mencionada anteriormente. Se sugiere efectuar el Alejamiento después que se hayan dispersado las vacas que, en los primeros días luego de la Separación, se mante-nían cerca del alambrado o esquina que las separaba de sus hijos. Es es-perable que eso ocurra entre cuatro y siete días después de la Separa-ción.

Durante al menos cuatro días si-guientes a la Separación, los alam-brados son sometidos a una pre-sión relativamente fuerte. Si fallan y permiten pasar, o permiten mamar a través de ellos, a un número im-portante de animales, la Separación fracasa. En esta experiencia se utili-zaron alambrados convencionales de más de 40 años, con piquería incom-pleta e hilo central con electrifcador de alta potencia. No pasó ni un ani-mal y no se observó ningún ternero mamando a través de ellos.

En esta experiencia se utilizaron potreros de 41, 47 y 61 hectáreas, con lotes de 20, 30 y 40 vacas, to-das con ternero. Para nuestras con-diciones, son potreros relativamente pequeños. Los potreros grandes tie-nen la ventaja de que madres e hi-jos disponen de mucho espacio para alejarse y aumentar su independen-cia. Y la desventaja de que luego de la Separación pueden juntarse lotes de vacas y de terneros, contagiándo-se y multiplicando su estrés. En este caso, habría que intentar dispersar esos lotes. La mejor solución se-guramente es corregir los defectos de la tablilla. Y hasta conseguirlo, se puede probar un período Tablilla-Se-paración no muy corto, y decidir el momento de realizar el Alejamiento como se indica en la sección Cuarto Paso.

Otra limitante en potreros grandes, es la ya mencionada falta de infor-mación sobre el comportamiento de lotes grandes en esquinas cruzadas.

Se utilizó ganado Hereford def-nido, muy manso y maternal, con acentuado comportamiento de cos-tear alambrados en el destete tradi-cional, y con terneros que maman solamente en sus madres. Con ga-nado arisco y con terneros que ma-man en muchas vacas, puede haber otros problemas. Cuya solución ha-brá que buscar.

ternero son sometidos a la interrup-ción de la lactancia y a la interrupción del vínculo madre-hijo. Ambas inte-rrupciones son simultáneas, abruptas y forzadas. Es una situación muy anti-natural. Y vacas y terneros reaccionan sufriendo un fuerte estrés que los lleva a perder peso, perjudicando la economía del productor.

En el destete en cuatro pasos, la inte-rrupción de la lactancia es igualmente abrupta y forzada. Pero la interrupción del vínculo madre-hijo se consigue mediante un proceso relativamente natural y gradual de debilitamiento de dicho vínculo. Acelerado por el corte de la lactancia que la tablilla impone, y por la separación de madre e hijo en potreros diferentes. Y si bien el corte de la lactancia es forzado, el debilita-miento del vínculo madre-hijo que él provoca sólo lo es indirectamente. Y si bien la separación en diferentes potreros también es forzada, está atenuada porque madre e hijo pueden comunicarse alambrado o esquina por medio, a través del oído, la vista y el olfato.

En resumen, la gran diferencia de comportamiento entre las vacas y terneros sometidos al destete tradi-cional, y las vacas y terneros someti-dos al destete en cuatro pasos, es el resultado de una diferencia igualmen-te grande en la forma que ellos son tratados.