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Segundo Paso: LATABLILLA
Se colocan tablillas nasales a los ter-neros. El 23/03/11 fueron colocadas a los que tenían cinco y seis meses de edad y más de 140 kg de peso. Un mes más tarde al 15% restante. Como siempre, parte de las tablillas cayeron y fueron repuestas. Como siempre, en el entorno de 20% de los terneros mamaban sin difcultad, haciendo girar la tablilla hacia arriba e introduciendo cada pezón por el cos-tado de la boca.
Tercer Paso: LA SEPARACIÓN
Los terneros son cambiados a po-treros linderos o con esquina cruzada con el potrero que hasta ese momen-to ocupaban, en el que quedan sus madres. En esta experiencia, los tres lotes fueron llevados a los corrales y los terneros apartados. Los terneros del potrero 1, fueron echados con las vacas del potrero 2. Los terneros del potrero 2, fueron con las vacas del 3.Y los del 3 con las vacas del 1. Las vacas volvieron a sus potreros con los hijos cambiados. Los terneros de las vacas de los potreros 1 y 2 quedaron alam-brado por medio con sus madres. Los 20 terneros de las vacas del potrero 3, quedaron esquina por medio con sus madres.
Alrededor de 30% de las vacas y de los terneros se mantuvieron cerca del alambrado o esquina que los separa-ba, bastante tranquilos y comiendo, durante cuatro días. No se observó ninguna vaca costeando, pero sí algún ternero costeando solo.
La mayor parte o todo el menciona-do 30% de vacas y terneros que se mantuvieron cerca del alambrado o esquina, seguramente correspondía a los terneros que siguieron mamando después de colocadas las tablillas, y sus madres. Lo que signifcaría que el principal efecto de la Separación es destetar las vacas y terneros que la tablilla no es capaz de destetar. Al me-nos en los casos que los terneros ma-man solamente en sus madres, como ocurre en la raza Hereford. Cuando los terneros maman en muchas vacas, la Separación no va a poder completar el destete. Pero siempre va a contribuir a debilitar el vínculo madre-hijo.
La Separación fue realizada 68 días después de colocar las primeras ta-blillas y 38 días después de las otras. Estos períodos fueron mucho más largos que lo originalmente previsto, para evitar que la ecografía coincidie-ra con el período Separación-Aleja-miento. Una precaución que, ante la corta duración de este período, resul-tó innecesaria.
Los períodos de 38 y 68 días pue-den ser apropiados para los casos en que no hay ventajas en apurar el des-tete. En cambio, son excesivamente largos para los casos en que sí hay ventajas. Como cuando una alimen-tación diferenciada, o la venta, están esperando a que el destete se com-plete. O cuando es prioritario mejorar el estado de las madres. Para estos casos hay que evaluar períodos Tabli-lla-Separación más cortos. A falta de información específca, es razonable manejarse con que el período más corto que permita minimizar el estrés y la pérdida de peso de las vacas, puede estar entre 10 y 20 días. Y si el objetivo es minimizar la duración del destete, se puede probar un período aún más corto, no inferior a 4 días.
Cuarto Paso: EL ALEJAMIENTO
Madres e hijos son alejados def-
nitivamente. Cada lote fue llevado a los corrales por separado (no es conveniente que coincidan). Vacas y terneros fueron apartados, y arrea-dos a potreros alejados después de quitar las tablillas. Todas las vacas estaban tranquilas. Ni una baló, ni intentó volver atrás o apartarse. No costearon. De acuerdo a la aprecia-ción visual, no se desbastaron, ni perdieron peso en forma notoria. Al contrario que en el destete tradi-cional, los terneros extrañaron más que las madres: hubo algunos cos-teando y balando. Pero fueron pocos y no causaron problemas. Llamati-vamente y también contrariamente al destete tradicional, los terneros en todo momento se comportaron como adultos: en los apartes esta-ban tranquilos y sin atropellar, y en las arreadas nunca dispararon ni se dispersaron.
El 04/06/2011 se cumplían cinco días desde la Separación. Era una tarde soleada y fría, después de la primera helada severa del año. Seis de los noventa terneros estaban próximos al alambrado que les impe-día entrar al potrero de sus madres. Comiendo, tranquilos. Uno solo, de cuando en cuando, balaba desgana-damente. Ni una sola de las noventa
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