USO ESTRATÉGICO DEL ECÓGRAFO EN EL RODEO DE CRÍA
Ing.Agr.Andrés De Grossi
Instituto Plan Agropecuario


Normalmente cuando hablamos de realizar una ecografía en el rodeo de cría vacuno, asociamos esta técnica con el diagnóstico precoz de gestación de nuestros vientres.
Innumerables trabajos nacionales y extranjeros hablan de la conveniencia de esta práctica de manejo, a los efectos de poder identificar animales no solo en diferentes estados fisiológicos (preñados vs. fallados), sino también para determinar en caso afirmativo, el tiempo de esa preñez (temprana o tardía).
Este exámen entonces, nos permite fundamentalmente separar lotes de animales con distintas necesidades nutricionales y de manejo, a los efectos de poder tratarlos diferencialmente.

Sin embargo el diagnóstico de gestación (ecógrafo, tacto rectal, etc), lo que en definitiva realiza es una evaluación post-entore, y concebido de esta manera es poco o nada lo que podemos hacer para modificar los resultados en materia de % de concepción de los vientres. Dicho de otra manera, si el resultado del diagnóstico determina un % de procreo bajo perdimos la posibilidad de incidir en etapas tempranas del entore. 
Nos damos cuenta del daño, varios meses después, cuando ya nada se puede hacer para evitarlo, y se nos escapa la oportunidad de anticiparnos a los problemas para actuar rápidamente y poder modificar el rumbo de nuestras acciones para solucionar dichos inconvenientes.

En definitiva, lo que proponemos como una herramienta de indiscutible validez, es hacer uso del diagnóstico no solo un mes después de retirados los reproductores, sino también como instrumento para monitorear los vientres en etapas tempranas del entore, cuando aún tenemos capacidad de influir en procura de lograr buenos índices de preñez.

Para clarificar estos conceptos, queremos compartir con ustedes una situación real, concretamente en el módulo de cría de Santa Bernardina de la Sociedad Rural de Durazno.

La sequía que afectó a esta zona del país desde el mes de setiembre de 1999 y que se prolongó durante 6 meses fue sumamente severa. Eso determinó que las producciones de forraje del campo natural oscilaran entre un 25 y un 30% de lo que normalmente produce un campo de cristalino en esa época.
El ganado de cría del módulo, comenzó a parir precisamente en dicho mes, con una condición corporal promedio de 4.5, la que por los efectos normales de la lactancia sumados al hecho de una muy escasa disponibilidad de pasturas, fue disminuyendo rápidamente. En otras palabras, las vacas acudieron a sus reservas corporales (grasa) más intensamente que en un año normal. 
Esta situación determinó que al llegar al inicio del nuevo entore (mediados de Noviembre), la condición corporal promedio fuera de 3.8

Sabíamos que en esas condiciones para lograr buenos índices de preñez, y ante la carencia de una adecuada cantidad y calidad de forraje, debíamos tratar de disminuir los requerimientos nutricionales de los vientres, a través de alguna medida de control del amamantamiento, como lo es el destete temporario o el destete precoz.

Como es sabido, vacas con cría al pie y que estén en la franja de condición corporal entre 3.5 y 4, son las que más responden a la práctica del destete temporario, siempre y cuando dichos vientres estén ganando o manteniendo peso. Ese no era el caso de este rodeo de cría, ya que si bien como se dijo anteriormente promediaba una condición corporal de 3.8, venía perdiendo estado en forma apreciable.

Nos quedaba entonces la posibilidad de ser más drásticos en nuestra acción y usar la otra herramienta, más impactante, más efectiva, pero también más costosa, como es el destete precoz.

Después de un intercambio de ideas entre técnicos de la Regional Centro del Plan Agropecuario y de la Sociedad Rural de Durazno, donde el objetivo central era lograr un buen porcentaje de procreo pero que los gastos no se nos fueran de las manos, acordamos tomar el camino del medio, y la propuesta fue la siguiente :

  • Realizar el destete temporario tradicional al inicio del entore.
  • Realizar una ecografía al rodeo a los 45 días de comenzado el entore para verificar actividad ovárica. En caso de que ésta fuera reducida, realizar destete precoz de los terneros hijos de vacas que aún siguieran en anestro.
En resumen, no teníamos muchas esperanzas del resultado de la primera medida, pero de cualquier manera teníamos el tiempo suficiente para actuar y revertir la situación en caso de que fuera negativa.
Otro dato interesante a destacar para una mejor interpretación de los resultados, es que las únicas lluvias que se produjeron en esa primavera (120 mm), se dieron en el período inicio de entore-ecografía.

El 3 de enero del 2000, se realizó la ecografía prevista, arrojando los siguientes resultados :
 

Diagnóstico de Actividad Ovárica
Categoría
Nº Total
Nº Anestro
%
Nº Ciclando
%
Vacas 
47
4
8.5
43
91.5
Vacas 2º entore 
20
8
40
12
60
TOTAL 
67
12
18
55
82

Realmente los resultados nos sorprendieron, ya que a mitad del entore el 82 % de los vientres estaban ciclando. Por supuesto que el hecho de que hubiera actividad ovárica no garantizaba un buen porcentaje de preñez, pero en definitiva gran parte de nuestro objetivo que era levantar una situación generalizada de anestro estaba cumplido.
Ante este hecho, se decidió no continuar con lo planificado inicialmente respecto a la aplicación de medidas más drásticas y sobre todo más costosas de control del amamantamiento.

El 15 de Marzo del 2000, y a un mes de retirados los toros, se realizó el diagnóstico de gestación del rodeo, resultando en un 90 % de preñez, siendo este un resultado excepcional si lo referimos a un año tan malo.

Para finalizar entonces nos gustaría hacer algunas reflexiones :

  • El monitoreo precoz de la actividad ovárica de nuestros rodeos de cría, en la medida que lo sepamos capitalizar, es una práctica sumamente sencilla, barata, y con un retorno muy apreciable a corto plazo.
  • Los resultados tempranos del mismo permiten identificar la tecnología a aplicar en procura de maximizar la producción con los mínimos costos.
  • En la situación descripta, el haber realizado destete precoz al comienzo del entore sin haber agotado antes las posibilidades de tecnologías de bajo costo, hubiera sido un gasto inútil.
  • Se alinea con nuestro permanente mensaje de tratar de manejar a los animales de manera diferencial de acuerdo a: su condición corporal, su estado fisiológico y porqué no de su ciclo estral.
En definitiva esta experiencia nos demuestra que dependiendo de nuestras aspiraciones en materia productiva, va a ser la dedicación que se le imprima al sistema lo que defina el éxito en el desarrollo del mismo. 

Si nuestro objetivo es que nuestras vacas paran año por medio dejemos todo como está, no hagamos nada que ese resultado está asegurado.
Pero si la idea es que el rodeo de cría nacional cumpla eficientemente con el rol de ser el primer eslabón de la cadena cárnica, logrando estabilizar niveles de más del 80% de preñez, vamos a tener que dedicarnos más y sobre todo realizar un seguimiento mucho más cercano de nuestros animales. 

Nuestras vacas, al igual que todos los seres vivos son afectadas por múltiples variables, que debemos interpretar día a día, y si es posible en forma anticipada, para actuar en consecuencia.
Técnicas como la clasificación por condición corporal, el manejo diferencial, los tratamientos sanitarios, entre otras, deberían ser prácticas corrientes en las empresas agropecuarias. 

La utilización estratégica del ecógrafo también tiene su lugar entre ellas.