Ante una nueva estación de siembra de cultivos forrajeros de verano
Ing. Agr. Alberto Rosso
Instituto Plan Agropecuario
El área a sembrar de cultivos forrajeros de verano viene creciendo anualmente. Este fenómeno tiene su explicación, fundamentalmente en la necesidad de los productores de estabilizar la producción de forraje todo el año y en el fortalecimiento del concepto de las rotaciones impulsado por la siembra directa. El presente artículo pretende aportar algunos elementos a tener en cuenta para la próxima siembra
Algunos Conceptos Generales

Incluímos el Sorgo Forrajero y la Moha, porque consideramos que son cultivos que han tenido una difusión importante en el área ganadera y lechera, sobre todo en los últimos años. Es preciso señalar que el presente informe no pretende realizar una comparación entre el laboreo convencional y la tecnología de siembra directa, en primera instancia porque no son comparables y en segundo término porque cada situación en particular requiere condiciones específicas para un comportamiento adecuado. Los cultivos de verano por su corta duración deben necesariamente ser bien utilizados, a los efectos de minimizar los costos de implantación y trasladar a la unidad animal en pastoreo valores de forraje bajos. Otro factor importante es el rendimiento, que a su vez depende de las condiciones de la chacra, la variedad del cultivo y el clima entre otras. 

Con la siembra directa se tiene la posibilidad de contar con un rastrojo temprano lo que aumentará las posibilidades de implantación del futuro cultivo. La densidad de siembra y la fertilización estarán en función de los resultados que se esperen obtener, sosteniendo la premisa de que cultivos densos son más sanos y productivos. Se debe considerar que de no lograrse las condiciones óptimas en el suelo, las cantidades de ambos deberán ser mayores a las utilizadas en tecnología convencional.

La fertilización factor clave para el desarrollo del cultivo, se ajustará de acuerdo al cultivo antecesor, de manera de articular una estrategia que permita una utilización óptima. 

El Sorgo Forrajero muestra mejor desempeño en chacras con algún laboreo o barbechos químicos largos que hayan permitido acumulación de agua en el perfil y mejores condiciones de estructura para el desarrollo radicular. Paralelamente se deberá desarrollar un sistema de pastoreo efectivo (por ejemplo franjas) para un mejor aprovechamiento del forraje disponible. La siembra del Sorgo Forrajero generalmente se realiza con posterioridad al 15 de octubre, pero el concepto y sobre todo en tecnología de directa, debe ser sembrar siempre teniendo en cuenta las condiciones presentes y fundamentalmente el desempeño del sistema. 

La Moha se encuadra muy bien en rotaciones otorgando al sistema fardos de buena calidad para utilizar en el invierno. Este cultivo presenta algunas virtudes adicionales como "limpiador" del suelo, impidiendo la propagación de malezas (en especial la Cardilla) y dejando generalmente un rastrojo en buenas condiciones como para implantar un verdeo o una pastura convencional. La Moha tiene una fecha de siembra amplia, que permite cierta elasticidad para manejarse, sobre todo con las nuevas variedades de Raigrás que dan pastoreos hasta diciembre.

Con siembras tempranas se aumentan las posibilidades de que el cultivo reciba agua en el entorno de los 10-15 días posteriores a su siembra, y de esa manera se aumenta la sobrevivencia de las plantas. Con respecto al laboreo convencional para las siembras de verano, es conveniente realizar trabajos tempranos, para lograr camas de siembra sin terrones y con buena acumulación de agua. Paralelamente el control de las malezas debe ser estricto para evitar no solo la competencia con el cultivo sino la propagación por ambiente propicio. 

Manejo para estimar el costo

Cronológicamente se estima comenzar con una aplicación de herbicida a fines de Setiembre de manera de contar con humedad en la cobertura vegetal y además para lograr un barbecho químico largo permitiendo un buen esponjamiento del suelo. Generalmente conviene realizar dos aplicaciones de herbicida de 2–3 litros cada una, distanciadas entre si de 30 a 50 días (en vez de una sola de 5–6 litros) dependiendo de la cobertura vegetal existente y del grado de efectividad alcanzado; sobre todo cuando se inicia una rotación partiendo de un campo natural. Adicionalmente permite realizar un combate eficaz de malezas como la gramilla. El control de malezas post-emergentes es una consigna que se debe mantener dentro del esquema de rotación. En el caso de un verdeo, es simple y barata (2-4D), logrando en forma drástica reducir la población de malezas existente y lo que es más importante pensando siempre en el beneficio para la rotación mas que en el cultivo implantado en el momento. 

Para esta ocasión se asume el uso de glifosato como herbicida, y si bien la dosis podría resultar escasa en los dos casos, se deberá tener en cuenta las condiciones de cobertura del suelo, la humedad y el control de la competencia que se quiere realizar, para determinar con exactitud la dosis adecuada. 

Por último una recomendación que es independiente del sistema de siembra, pero que igualmente es preciso señalar: en la medida que se anticipe la fecha de siembra, fundamentalmente de un cultivo forrajero, aumentará el grado de utilización que se logre del mismo.

Supuestos considerados para estimar el costo

El fertilizante utilizado es un binario (Fosfato de Amonio) y la dosis (150 Kg/Há) fue pensada en función de la respuesta a obtener y en la rotación de cultivos que se inicia. El precio presentado es de un distribuidor zonal, pagadero al contado y a levantar de planta industrial. 

Las semillas son de lotes etiquetados y se presenta el valor a levantar de depósito también al contado. 

La maquinaria utilizada fue un tractor de 95 HP, una pulverizadora de 800 litros de capacidad y una sembradora/fertilizadora de directa, perteneciente a una cooperativa que brinda servicios. Para el costo presentado se tiene en cuenta que la totalidad de la maquinaria utilizada (pulverizadora, sembradora y tractor) son contratadas, estableciéndose un valor por hectárea para los mismos que incluye al tractorista y gasoil. Los costos incluyen la cuota anual de depreciación y reparación de la maquinaria, así como el costo de la mano de obra (tractorista). Con respecto al rendimiento operativo, los supuestos fueron considerados teniendo en cuenta que se pulverizan 20 Há/día y se siembran 10 Há/día. Con referencia a los implementos convencionales se supuso un tractor de la misma potencia, una excéntrica aradora de 24 discos, un cincel de tres puntos de 9 púas y una rastra de dientes de cuatro cuerpos con balancín que va detrás del cincel en su segunda pasada. La siembra la realiza una sembradora convencional de 3 cajones. 

Análisis económico

El costo de implantación es solo un costo más dentro de la estructura de gastos directos que insume un cultivo como los que aquí presentamos. La forma entonces de analizar si la respuesta económica de la inversión es atractiva, debe incluir otros costos (fijos y variables, ocultos y visibles). Distinguimos dos grandes áreas de costos que afectan el resultado final: por un lado tenemos el rendimiento del cultivo y su posterior utilización, por otro aquellos costos contables, referidos al área financiera y a la oportunidad de la inversión. 

En el primer punto está claro que cultivos de mayor rendimiento y mejor utilización reducen el costo de la materia seca producida.

En el segundo aspecto surgen como los más trascendentes el costo financiero, si es que el cultivo se realiza con capital prestado y el costo de oportunidad, definido como la opción de la empresa por realizar inversiones distintas a la elegida valorando en más o en menos esa brecha. 

Finalmente se presenta el punto de equilibrio, que es el valor por el cual el producto de la inversión cubre los gastos directos incurridos para lograrla. 

Sobre estos aspectos cabe hacer mención especial a dos puntos: 

• en primer lugar se debe analizar el costo de oportunidad de la inversión valorando factores positivos, tales como: la respuesta animal, la secuencia de la rotación, el contar estratégicamente con forraje de calidad, el efecto benéfico de un barbecho, la generación de una reserva para el invierno, la oportunidad financiera de hacer el forraje propio, la amortización de equipos y la expectativa de un costo de alimento bajo, 

• contra factores negativos a la inversión, como lo son: la tasa de riesgo de realizar un cultivo de verano en secano, el costo de los granos (comprar alimento en lugar de hacerlo), la "distracción" del capital circulante o en su defecto la incorporación de capital prestado con su correspondiente tasa de interés en una inversión de corto plazo para amortizar y muy dependiente de los resultados. Con referencia a este último punto, el realizar un cultivo de verano como los presentados con capital prestado (crédito bancario) significa encarecer a rinde medio, un 20% el costo del forraje producido. 

Finalmente se debe analizar el punto de equilibrio, teniendo en cuenta que nivelar costos en momentos de competitividad como los actuales, se interpreta como ineficiencia del capital en juego, lo que se expresa posteriormente en un encarecimiento global del sistema de producción.

La secuencia sería:

forraje caro – costo de alimentación caro – producto carne/leche caro = bajo margen de ganancia. 

El punto de equilibrio debe considerarse antes de realizar la inversión teniendo en cuenta una respuesta del cultivo a implantar, contra los costos contables incurridos, más una tasa de riesgo, más un costo de oportunidad estimado en función de las disponibilidades de la empresa.