IMPORTANCIA DE LOS REGISTROS PARA DETECTAR PROBLEMAS
REPRODUCTIVOS EN EL GANADO LECHERO

Dr. Ricardo Sienra, M.M.V.
 Facultad de Veterinaria

Introducción.

Los problemas reproductivos constituyen una de las limitantes de mayor impacto en los rodeos lecheros. Estos trastornos pueden reconocer una amplia diversidad de causas y suelen ser el resultado de complejas interacciones. Tal situación determina la necesidad de realizar un diagnóstico correcto, ya que de lo contrario será muy difícil establecer medidas que consigan realmente mejorar la performance reproductiva del establecimiento.

Tratándose de alteraciones de rodeo resulta indispensable, en una primera etapa, identificar y cuantificar la magnitud del problema. Esto en principio parece ser una tarea sencilla pero, en numerosas circunstancias prácticas, la realidad suele encargarse de demostrar lo contrario. Como consecuencia de ello las medidas adoptadas basadas en errores de diagnóstico suelen ocasionar costos adicionales que, sin mejorar la situación original, agregan descreimiento y desazón tanto a técnicos como a productores.

En el presente artículo se describirán los indicadores reproductivos más difundidos en la evaluación de la fertilidad del ganado lechero y se ofrecerán algunas situaciones concretas sobre su utilidad. En una segunda entrega se analizarán las principales enfermedades reproductivas y su efecto sobre la fertilidad del rodeo.

Identificación de los Animales.

Tal como sucede con otras alteraciones poblacionales, los problemas reproductivos deben necesariamente en una primera instancia ser debidamente cuantificados. Por tal motivo es indispensable disponer de información objetiva, sistematizada, actualizada y confiable, lo que representa una especial responsabilidad del encargado o responsable de los animales. En ocasiones llama la atención la increíble capacidad de algunas personas, que conocen no solo la identidad de los animales sino que recuerdan en su memoria todos los eventos ocurridos desde su nacimiento. Sin embargo no existen dudas sobre la necesidad que la información esté disponible para todos, y para lograr ello es condición previa que los animales estén debidamente identificados.

Aunque en muchas circunstancias la identificación parece cosa sencilla, es frecuente convivir con múltiples problemas al respecto. Cabe recordar que en los animales podemos utilizar dos tipos de identificaciones: permanentes y transitorias. Las primeras son aquellas que se mantienen durante toda la vida del individuo, mientras que las segundas permanecen por períodos variables. Por otra parte las identificaciones pueden ser individuales o colectivas, si reconocen específicamente a cada sujeto en particular o genéricamente a un grupo determinado.

En los tambos se pueden utilizar diversas combinaciones de sistemas de identificación pero es indispensable que todos los animales presenten al menos una identificación permanente e individual. El tema de la identificación de los animales puede ser profundizado en el futuro, incluyendo las posibilidades que ofrecen las nuevas alternativas de identificación electrónica. Pero para el presente artículo partamos de la base que se dispone en los establecimientos un adecuado método de identificación individualizado.

Sistemas de Registro.

Una abundante y variada información sobre los animales puede registrada bajo una amplia variedad de formas o sistemas. Las más simples son las manuales, anotando la información en almanaques, libretas, fichas, etc. Métodos más sofisticados son los electrónicos, que incluyen una gran cantidad de programas informáticos comerciales o desarrollados por particulares. Al respecto cabe expresar que no existe un sistema ideal de registro, por lo que cada establecimiento determinará el más adecuado a sus propias condiciones. Lo importante es que se registre toda la información necesaria en forma objetiva, sistematizada, confiable y actualizada.

Es fundamental tener presente que los registros sólo tienen sentido en la medida de que los mismos sean utilizados para su análisis periódicos y la posterior toma de decisiones. Si bien muchos tambos disponen de registros manuales sumamente completos y prácticos, hay que tener en cuenta que cuándo se trabaja con volúmenes grandes de datos los sistemas informatizados suelen resultar indispensables. Sin embargo interesa destacar al respecto que el disponer de una computadora no garantiza en absoluto calidad de información, ya que ésta depende de los datos que se ingresan y de la forma de procesarlos.
 

Principales Indicadores Reproductivos.

Para poder analizar la performance reproductiva de un establecimiento pueden utilizarse una amplia gama de indicadores. En la medida de que no existe ningún indicador perfecto para estimar la fertilidad del rodeo es necesario recurrir al estudio combinado de varios parámetros. Como no es nuestro propósito tratar a todos ellos nos limitaremos a describir seis de los más empleados.

1. Intervalo Inter-Parto (IIP). El IIP es el indicador más difundido para medir la fertilidad de las vacas. Su determinación se basa en establecer el promedio de los tiempos transcurridos entre los dos últimos partos. Si bien se acepta que el IIP ideal es de 12 meses, en la práctica el objetivo a alcanzar sería un intervalo de 12,5 - 13 meses. Una variante de la medición es utilizar el IIP estimado, que se establece a partir de la fecha del último parto y aquella del próximo proyectado sobre la base de la preñez presente. El IIP estimado está representado entonces por la suma del intervalo parto/concepción más la duración promedio de la gestación (aceptando un promedio de 285 días).
2. Intervalo Parto/1er.Celo (IPPC). Representa el tiempo promedio transcurrido entre el último parto y la detección del primer celo posparto. El IPPC viene a representar la finalización del anestro fisiológico posparto que, en condiciones normales, es la etapa que comprende la involución uterina y la manifestación externa del reinicio de la actividad ovárica. Interesa recordar al respecto que en un alto porcentaje de vacas la primera ovulación posparto no suele acompañarse de manifestación clínica de celo. El IPPC considerado óptimo es de alrededor de 35-40 días.
3. Intervalo Parto/1er.Servicio (IPPS). Representa el tiempo promedio transcurrido entre el último parto y la realización del primer servicio natural o artificial. Este indicador viene a representar la combinación de la condición fisiológica - aparición de celo -, y la decisión de manejo reproductivo –realizar el servicio -. Normalmente el IPPS es significativamente mayor que el IPPC ya que no es recomendable el servicio de las vacas en el caso de que exhiban celo posparto muy precoz. Se acepta como ideal un IPPS de 55 - 65 días.

4. Servicios/Concepción (S/C). Es un índicador muy importante que establece el número promedio de servicios requeridos para lograr la preñez. Este índice requiere establecer la condición de preñez en las vacas, la cuál puede ser asumida por el no retorno a los 40-60 días o por confirmación mediante palpación rectal o ecografía. En otros países también se emplea como criterio la presencia de niveles elevados de progesterona en leche a los 25 días del último servicio. El número de S/C en condiciones ideales se ubica en 1,6 o inferior. Al respecto cabe considerar que para lograr dicho índice es necesario obtener una retención promedio al servicio de 62,5% (1 /1,6 = 0.625).

5. Intervalo Parto/Concepción (IPC) . Este parámetro contempla el concepto de días vacíos (days open) y corresponde al tiempo promedio que va desde el parto hasta que se consigue instalar la preñez. En general se lo utiliza como dato estimado, ya que está sujeto al criterio de definir la condición de preñez, que ya fue mencionada al hablar de S/C. En razón de que la gestación representa un período de tiempo relativamente fijo (rango 270-290, promedio 285 días) y si el IIP ideal se establece en 365 días, el IPC no podrá ser mayor de 85 días.

6. Vacas Repetidoras (VR). Arbitrariamente se considera como vaca repetidora a toda aquella que ciclando regularmente requiere más de tres servicios para quedar preñada. El porcentaje máximo de VR dentro de un rodeo considerado normal debe ser menor al 10% sobre el total vacas servidas. A efectos de ofrecer una idea al respecto corresponde destacar que si la retención al servicio es del 50%, luego de tres servicios todavía quedarían vacías el 12,5% de las vacas.

 
Utilidad Práctica de los Indicadores Reproductivos.

El empleo correcto de los indicadores antes mencionados hace posible la toma de decisiones para un correcto manejo reproductivo sobre la base de la búsqueda de metas concretas y posibles. Si el IIP es inferior a 13 meses puede, en principio, establecerse que no existen problemas de fertilidad en el rodeo. Ello sin embargo no tiene porque necesariamente ser así, ya que un buen IIP se puede lograr también en base a un criterio muy estricto de refugos, con un excesivo descarte por infertilidad. Al respecto debe estimarse que se puede considerar preocupante una situación que determine porcentajes de refugo superiores al 15% anual.

La circunstancia más frecuente en nuestro medio es la constatación de IIP superiores a 13 meses, llegando en muchas oportunidades a 16 y aún a 18 meses. Numerosas causas son capaces de generar estos cuadros de infertilidad, por lo que se deberán analizar indicadores específicos. Uno de ellos es el Intervalo Parto Primer Celo (IPPC), que permite obtener una idea clara de la magnitud del anestro posparto. Sin embargo el IPPC no suele un dato que se recabe con frecuencia en los establecimientos, ya que en general los celos posparto suelen ser registrados asociados al servicio. Por tanto es el Intervalo Parto Primer Servicio (IPPS) el primer parámetro a analizar en la mayoría de los establecimientos.

Sin lugar a dudas un prolongado IPPS es una de las situaciones más comunes en nuestro medio y está indicando un problema de anestro patológico. La causa más frecuente del mismo es de origen nutricional y está asociado en particular a un déficit energético, aunque otros numerosos factores pueden influir sobre el mismo.

La determinación del número de Servicios por Concepción (S/C) facilitará el seguimiento de los animales y alertará sobre la existencia de problemas. El cuadro 1 ofrece las cifras esperadas de preñez con relación a los porcentajes de retención. Se trata de un indicador que también tiene sus limitaciones, especialmente porque no incluye los servicios de aquellas vacas que no quedan gestantes. Como alternativa se puede determinar el número de servicios por celos detectados.

Cuadro 1. Porcentajes esperados de preñez sobre la base de retención y número de servicios.


Número de Servicio
Porcentaje de Retención
30%
40%
50%
60%
1
30
40
50
60
2
51
64
75
84
3
65,7
78,4
87,5
93,6
4
75,9
87
93,8
97,4
Servicios/Concepción 3,3 2,5 2,0 1,67

 

Cuándo el número de S/C es 2 ya existen problemas de infertilidad y los mismos son graves por encima de 2,5. Tal situación debe extremar el análisis de la situación y profundizar en el análisis de las posibles causas. Al respecto importa establecer la duración de los ciclos estrales, cuyo promedio en vacas normales es de 21 días. La irregularidad en la presentación de celos permite orientar las sospechas hacia problemas en su detección o de trastornos sanitarios relacionados especialmente con infecciones uterinas o de mortalidad embrionaria. La repetición de celos regulares suele sugerir alteraciones individuales de las vacas que tienen diferentes causas (repeat breeders) o fallas en el poder fecundante del semen o de los toros.

El estricto seguimiento de los indicadores de fertilidad así como su correcta interpretación es una actividad a ser enfatizada. Las particulares situaciones de cada establecimiento determinarán la instrumentación mas adecuada, sin perder de vista los criterios generales expuestos anteriormente.