Reflexiones
SE BUSCA CLIENTE
Ing. Agr. Eduardo Deal
Instituto Plan Agropecuario
 "Navigare necesse; vivere non necesse".
 
El cliente siempre fue patrimonio de los comerciantes. Algunas profesiones como los abogados o escribanos, los tenían. Hoy hasta los agrónomos los tenemos. ¡La Extensión tiene clientes!.
¿Qué ha pasado?

Hoy ya no vendemos trigo, lana, carne congelada, si no commodities, y así, en inglés.

Y que me cuentan de la registración de los datos.

¿Cómo van a poder ser buenos empresarios sin registración y vendiendo commodities?. ¿Esos serán nuestros clientes?.

¿Y los productores?. ¿Dónde están?

Hoy empresas buscan sus clientes para desarrollar su trabajo. Un cliente: para explicarle como debe trabajar, como debe vivir, como puede hacer dinero con la agropecuaria. Mas que clientes: magos de la supervivencia.

Hoy hay que hacer un taller para analizarse; hay que conseguir un nicho...pero de mercado; hay que realizar inversiones de rápido retorno; hay que estar conectado a "internet" y tener "imeil", para saber que, porque se "cayó" la bolsa de Hong Kong, no podemos exportar lácteos y la vaca gorda bajo un 30%. El problema es que no diferenciamos los productos.

¿Y los productores?. ¿Dónde están?

Tienen que llevar carpeta verde, aplicar tecnología, concurrir a las reuniones, capacitarse, informarse, agruparse, asociarse, integrarse a la industria, a la cadena productiva; porque si no ¿quiénes son?. ¿No miran al mundo desarrollado?.
Pero, mientras tanto: ¿quién le dará de comer a las gallinas?; ¿quién ordeñará?; ¿quién recogerá los tomates? ¿dónde están los que manejarán el tractor?; ¿quién saldrá bajo la lluvia a sacar el ganado del potrero de la costa?.

El próximo siglo lo encontrará esperando un tren de última hora que lo recoja. Y cuando pase no se va a subir. Pero no porque no pueda; ¡porque no quiere!.
¡Cómo va a querer, si suben las exportaciones y bajan los precios!. Si hay que tecnificarse y los insumos cuestan cada vez mas en términos de producto. Y si se sube: chau "calidad de vida" (que es lo poco que le va quedando).

Los técnicos del Plan andamos a la búsqueda de clientes para nuestro trabajo, por mandato de los propios productores. Debemos ser eficientes y llevar soluciones para que "el productor y su familia" se desarrollen. Pero "ocasionalmente" encontramos gente como la que escribió la carta que transcribimos.

Sr. Presidente del Grupo
Presente

De mi consideración:

A partir de la reunión, que se realizara el día 11 en mi casa, y a consecuencia de las recomendaciones o conclusiones a las que allí se arribó, he recapacitado para hacerme una composición de lugar. En ese sentido, discutiendo posibilidades con mi familia (soporte obligatorio de todo emprendimiento) llegué a la conclusión, que no es la liquidación, si no la lucha, lo que puede darme permanencia en el tiempo: mantener el Capital y las posibilidades de trabajo en lo que para mis condiciones y mi edad tal vez con algunos ajustes pueda sobrellevar hasta conseguir momentos mas ventajosos para una posible liquidación.

Vender un campo – liquidar una empresa agropecuaria: lo hacen con tremenda frialdad y facilidad los NÚMEROS. Los humanos, los hombres que han nacido allí dentro, se resisten hasta el final.
Sé perfectamente, Sr. Presidente, que hoy, en una economía globalizada y donde la eficiencia es el padrón: 450 has de campo ganadero mal explotadas no pueden tener horizontes válidos, que hoy una empresa agropecuaria, tiene el mismo manejo que un supermercado, donde animales y mercaderías están metidas en una computadora con su código y su número y al final de cada día le están dando el resultado de pérdidas y ganancias.
En estos casos, con 58 años de edad, con una historia de haber sido arrendatario (con la familia) por 22 años, luego haber colaborado de manera principal para que la familia comprara, se me hace muy difícil aceptar que mañana no esté mas.
Aún a costa de ser un atraso, en mi establecimiento los animales no tienen números, tienen nombres. Por mas esfuerzo que he realizado para parecerme a un empresario, no fue posible desprenderme de un vocacional del campo, de la tierra, de los trabajos cotidianos. Para mí, es mi vida cuando nace un cordero, cuando asisto un parto de una vaca, cuando hago una cesárea y se salva vaca y ternero (por mas que profane una profesión). Quiero seguir luchando, quiero seguir manteniendo confianza en mis propias fuerzas, aun menguadas, quiero poder llegar.
Sr. Presidente, esto no es de ninguna manera desestimar el trabajo de los compañeros (amigos) del GRUPO, que buscaron con gran preocupación y dedicación todas las posibles salidas de esta empresa, muy por el contrario, guardo como material de consulta alternativa todo lo que acá se dijo y escribió. En ese sentido expreso mi mas profundo agradecimiento a los compañeros presentes; a los técnicos que encararon como propio el problema, buscando las mas lógicas soluciones.
Le pido Sr. Presidente, que me sigan aguantando (o aceptando) en el GRUPO y me ayuden a hacer las "macanas" juntos. Otra vez le daré la razón a Andrés cuando dijo que de todas las recomendaciones que me daba el Grupo yo no hacía ninguna. No es así. Mi determinación se afirma en la familia, en mi apego a la tierra. Si entro en la Refinanciación, en tres años de gracia pueden pasar muchas cosas; en diez años de pago pueden pasar muchas mas. Y yo, a pesar de mi ineficacia pueda seguir manteniendo el mismo Capital y lograr vivir diez años feliz, en el trabajo que quiero y el único que quizás pueda hacer.
Con mis deseos de felicidad para todos y sus respectivas familias, con prosperidad para 1999, lo saluda afectuosamente.
 

Y nos preguntamos: ¿dónde están los productores?.
Los productores son estos. Estos son los "clientes". Estos son los que se quedarán cuando vengan las inundaciones; los que juntarán los corderos en las heladas; los que tirarán los limones a las vacas cuando no valgan; y las vacas a los cerdos cuando no sirva ni cuerearlas.

Pero cuando haga falta trigo para hacer pan; o girasol para hacer aceite; cuando se necesite lana para vestir a la gente; cuando se busque un novillo para que alguien coma: allí estarán ellos, al pie del cañón, produciendo. Soportando del clima, independientes de los bancos, sin escuchar los celulares y al margen de la globalización.

Y allí estaremos nosotros: extensionistas, agrónomos, veterinarios, apoyándolos en su labor diaria; tratando de hacerles mas aliviado el camino.

Si todos los que toman decisiones entendieran que el agro va mas allá de los empresarios, de los resultados económicos, que hay un profundo cariño por lo que se hace, que eso implica una reserva moral que permite cualquier recuperación luego de una crisis, que con un leve apoyo se puede mantener a los que quieren estar en donde quieren estar; si los traficantes en ayuda internacional dejaran que algo de ella llegara a los productores, todos estaríamos mejor.

Sabemos quien es nuestro cliente: el productor; sabemos cual es nuestra labor: apoyarlo para que tome las mejores decisiones.

"Que el que tenga oídos para oír, que oiga" (Jesús de Nazaret).