PRONÓSTICO A MEDIANO PLAZO DEL MERCADO DE CARNES*


A continuación presentamos una síntesis de las principales conclusiones del trabajo realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, en el que proyecta la evolución del mercado de carnes bovinas, ovinas, porcinas y aviares en las naciones que la integran, básicamente , los países desarrollados de Europa, América y Asia.
El estudio tiene la virtud de recopilar, en un modelo de simulación, los datos y proyecciones realizadas por cada uno de los países integrantes, lo que da una mayor precisión a sus resultados.
En esta primera parte, presentamos el marco general de las perspectivas para el año 2004.

 

Principales Hipótesis

La repercusión de la crisis financiera internacional sobre el crecimiento económico y el tipo de cambio, se mantendrá durante 1998 y 1999.
La integración total del Mercosur al mercado de las naciones del Pacífico, no se producirá hasta que Argentina sea declarada libre de aftosa por las naciones importadoras.

Los términos del Acuerdo de la Ronda Uruguay del GATT, prevalecerán hasta el año 2004.

El gobierno coreano no restringirá las importaciones de carnes bovinas en 1999 y el 2000, ni establecerá derechos de importación sobre las importaciones de ganado para cría.

La reciente epidemia de fiebre aftosa en Taiwán mantendrá interrumpido el comercio de carne porcina con el Japón hasta el 2000.

La Unión Europea no modificará el esquema de protección al ganado bovino. Las propuestas de la Agenda 2000, no serán tomadas en cuenta.

 

Principales Proyecciones

El aumento de los precios de los cereales registrados a mediados de los setenta y el estancamiento de las importaciones de Asia y México, ocasionados por las crisis financieras, han puesto punto final al ciclo expansivo de la ganadería de los Estados Unidos. En consecuencia, el aumento del 20% pronosticado en los precios de las carnes bovinas en los mercados del Pacífico, es atribuído a un descenso en la producción.
A mediano plazo, el mercado de carnes bovinas del Pacífico, será sostenido básicamente por la apertura de Corea, donde se prevé que las importaciones podrían llegar a multiplicarse.

El mercado de carnes bovinas en la Unión Europea se caracterizará por una tendencia cíclica signada por la crisis del mal de la vaca loca y los elevados stocks acumulados, que se mantendrán hasta el fin del período bajo análisis.

Los precios del ganado bovino en las naciones del Mercosur, se espera que crezcan agudamente hacia el 2004, en respuesta a una importante reducción de las exportaciones subsidiadas procedentes de la Unión Europea. Este hecho combinado con una depreciación en las divisas de Australia y Nueva Zelanda, atenuarán el efecto sobre las naciones de Oceanía del ingreso de las naciones del Mercosur a los mercados de la Cuenca del Pacífico.

Los precios de las carnes porcinas en la Cuenca del Pacífico, se espera que aumenten del escaso nivel registrado en 1998, no obstante estarán por debajo del promedio en 1993-1997, como consecuencia del aumento esperado en la oferta, aumento atribuido a los constantes avances en la productividad. Esta evolución se prevé pese a las dificultades que Taiwán tendrá en ingresar al Japón en el futuro cercano. Asimismo, las naciones europeas enfrentarán problemas para mantener sus exportaciones, dado que el bajo precio de los cereales mantendrá elevada la producción en sus eventuales competidores.

Las carnes aviares seguirán acumulando una porción creciente del mercado mundial de carnes, a excepción de los casos del Japón y Corea, en donde se pronostica un retroceso por limitaciones económicas. A nivel de las naciones integrantes de la Organización Económica para la Cooperación y Desarrollo, las exportaciones de carne porcinas y aviares seguirán aumentando, a la inversa de lo esperado en los casos de las carnes bovinas y ovinas.
 

Interrogantes

La reducción del crecimiento económico y del ingreso per cápita a raíz de la crisis financiera que ha afectado a las economías emergentes, provocará una reducción de la demanda e importaciones de carnes.
La caída de los precios de los forrajes reducirá los costos de producción. Ello estimulará una recuperación de las existencias y de la producción cárnica a mediano plazo. Esta tendencia podría ocasionar sobreproducción, si la estabilidad económica y los bruscos cambios en la demanda persisten.

La modificación de status sanitario, referido a la Fiebre Aftosa de Argentina y Uruguay, permitirá a estas naciones competir en el mercado de carnes bovinas de la Cuenca del Pacífico, que incidirá sobre la producción de carnes y leche, pues para atenerse a las pautas del Acuerdo de Kioto, tendrán que reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Las diferentes medidas que se adopten para garantizar la inocuidad y calidad de los alimentos, afectarán los métodos de producción del sector.

 

Mediano Plazo

El ingreso al mercado mundial de carnes de México y las naciones del continente asiático, en la última parte de la década de los ochenta y principios de la del noventa, interrumpió el ciclo depresivo del stock de bovinos, iniciado en los años setenta en los Estados Unidos y el Canadá. Así se pudo observar un aumento de las existencias entre 1989 y 1995. El aumento en 1996 del valor de los cereales y posteriormente la crisis asiática, determinó la culminación de este proceso.
Se estima que en el marco actual, el ciclo ganadero recuperará el curso previsto en las naciones del Pacífico en los próximos años.

En el caso particular de Australia y Nueva Zelandia, se espera que como consecuencias de la crisis asiática concentren sus exportaciones en Norte América en el corto plazo. En una perspectiva más amplia, la liberación total de Corea, generará una demanda adicional que será capitalizada por los principales exportadores. Esta evolución compensará las marcadas reducciones esperadas en la tasa de crecimiento de las exportaciones del Japón, si bien también se prevé un aumento en la producción bovina mexicana, que complicará el panorama.

 

La Unión Europea

La evolución del mercado de carnes bovinas en la Unión Europea, estará condicionada por la crisis de la B.S.E. La abrupta caída de precios originada por este fenómeno y las medidas adoptadas para paliarla, han originado una reducción de la producción superiores a lo esperado por una fase de liquidación tradicional. A mediano plazo, si no se profundizan las reformas, se retirarán los problemas estructurales que han afectado a la Unión Europea, básicamente por la acumulación de stocks. La incorporación de nuevos miembros acentuará el problema, por cuanto se espera un incremento de las exportaciones netas de la región, en la medida que prosperen las solicitudes de incorporación de Polonia, la República Checa y Hungría.

De acuerdo a la estimación realizada en el año 2004, los excedentes acumulados orillarán los 1.4 millones de toneladas, nivle récord histórico que presionaría hacia abajo los precios.
 

Desde América

Resulta particularmente difícil efectuar una predicción sobre el mercado de carnes bovinas del Mercosur, especialmente porque tanto Uruguay como Argentina están iniciando un proceso de integración a nuevos mercados en el Pacífico. Esta situación a generado una serie de interrogantes todavía no resueltos. En principio, han sido evidentes los inconvenientes para satisfacer la cuota conjunta de 40 mil toneladas que poseen en los Estados Unidos con carnes de alta calidad. Se considera que deberán contentarse con exportar carne para manufactura, compitiendo con Australia y Nueva Zelandia, países que han aplicado importantes devaluaciones a sus divisas.

Por otro lado, una total integración sólo parece posible en el caso que Argentina obtenga el status de libre de fiebre aftosa por parte de algunos destinos (Japón, Corea). Por otro lado, se prevé que los precios en Argentina seguirán más altos que en Australia. Se estima que continuará un importante crecimiento en las naciones del Mercosur y una mayor penetración en nuevos mercados, en forma paralela a una disminución de las exportaciones subsidiadas de la Unión Europea. El acotamiento de la brecha en los de Argentina y Australia, atenuará el impacto de su insursión en la Cuenca del Pacìfico.
 

Productividad y Oferta

El espectacular aumento de los precios de los granos forrajeros a mediados de los noventa, provocó turbulencias en el mercado de carnes porcinas, evidenciándose una de las más importantes fluctuaciones del nivel de precios registrados desde 1974. Se estima que los precios se mantendrán más estables, pese a ello el equilibrio con relación al valor de los alimentos balanceados, modificará esta relación como consecuencia de la continua expansión de los niveles de productividad en los Estados Unidos y Canadá.

El brote de fiebre aftosa en Taiwán, no ha tenido un impacto sensible sobre el comercio mundial de carnes porcinas, dado que se produjo con una baja paralela de la demanda en Japón, y una oferta muy elevada en Estados Unidos y la Unión Europea. A mediano plazo, Taiwán tendrá dificultades para recuperar su posición de primer proveedor en Japón, lo que explica el motivo por el cual, las exportaciones de carnes porcinas de las naciones de la OECD, se duplicarán hacia el 2004 comparada con el promedio de los años 1993-1997.

En 1998, los precios de las carnes porcinas han caído significativamente en las naciones de la Unión Europea. Ello obedecería a un aumento de la producción que se registró luego de la crisis de la vaca loca, cuando la caída de la demanda de carnes bovinas estimuló un alza de los valores del cerdo y otras carnes.
El brote de fiebre porcina en Holanda de 1997 y la reducción de la producción de este país, determinó un aumento aún mayor de las cotizaciones, estimulando la oferta de ganado porcino.

En estos momentos, la demanda de carnes bovinas se está recuperando, en parte a expensas de las carnes porcinas, mientras que los productores holandeses están nuevamente en el mercado, provocando así una marcada sobreoferta dentro de la Unión Europea.
Esta situación se ve agravada por el reciente retroceso del precio de los cereales, que ha mejorado los costos fuera de la Comunidad, con lo que las exportaciones son menos competitivas. Esta situación podría acentuarse durante los próximos años como consecuencia de un aumento en la productividad de las naciones que ingresen a la Unión Europea, como es el caso de Polonia, para la que se ha previsto un aumento de las exportaciones a 3.000 toneladas en el 2004.

 

Carnes Aviares

Las carnes de aves continuarán concentrando una proporción creciente del mercado mundial de carnes. La excepción se encontraría en Corea y Japón, mercados en donde la liberalización de las importaciones, favorecerá a las carnes bovinas. En las naciones de Occidente, con la excepción de Polonia, el aumento del consumo de aves se hará en detrimento de las carnes bovinas. En Asia (China, Corea y Japón) y en Polonia esta pérdida será absorbida por las carnes porcinas. En muchos casos la producción doméstica de aves acompañará el aumento de la demanda, por cuanto es más barato transportar granos que aves. Pese a ello, China tendrá un aumento importante de las importaciones, en su mayor parte provista de los Estados Unidos.

Restan dos años para la implementación del Acuerdo de la Ronda Uruguay. En ausencia de un nuevo acuerdo, se mantendrán los actuales compromisos. En la Unión Europea se están realizando negociaciones para una reforma más profunda denominada Agenda 2000, que entre otras cuestiones propone la reducción en un 30% del precio de intervención para las carnes bovinas y una disminución del 20% en el caso de los cereales. Si estas propuestas son adoptadas, los productores de carne europeos, especialmente en el caso de las carnes porcinas y aviares, serán más competitivos.

El Mercosur está a punto de contar con el status de libre de Fiebre Aftosa, pero todavía no ha finalizado la negociación con sus importadores. En la medida que se produzca un aumento de su participación, los cambios pueden ser tan importantes como los registrados cuando Japón eliminó su cuota a la importación de carnes.
 

Gobiernos

La intervención gubernamental no se reduce a intervenir en el mercado. La creciente preocupación por cuestiones asociadas con la cría de ganado, han determinado que existan regulaciones en nuevas áreas tales como: el manejo de los residuos animales, calidad y seguridad alimentaria, manejo animal, clasificación del producto en función de los métodos de producción, bienestar animal y cuidado del medio ambiente.
En el caso de la vinculación de la producción con el medio ambiente, la principal causa de preocupación, consiste en la acumulación de nitrato de sodio en el suelo y aguas subterráneas. Asimismo, es importante en el caso de los gases de efecto invernadero, que han sido abordados en la Conferencia de Kioto.

La acumulación de nitratos es vinculada con la producción intensiva de aves y cerdos, pero en el caso del efecto invernadero el principal motivo de preocupación, se encuentra en la producción de carnes bovinas y leche. Será importante ver la respuesta que den los gobiernos para contrarrestar estos problemas ambientales. Se señala que en el caso en que se decida imponer una tasa sobre las carnes bovinas, ello ocasionaría un efecto no deseado sobre la demanda de carnes porcinas y aves, que agravaría el problema de los nitratos. Por el contrario, imponiendo el consumo de todas las carnes no tendría un impacto sensible, habida cuenta de la escasa elasticidad de la demanda de carnes a nivel de la OECD.

 

Reforma de la política lechera

La liberación del comercio de productos lácteos es un aspecto importante a ser incorporado en una nueva organización multilateral sobre agricultura. Podría obligar a reducir la producción y a ampliar el acceso de productos importados. Dependiendo de la extensión que se le de a esas reformas, pueden tener un impacto mayor en el mercado de carnes, especialmente en naciones con elevada dependencia de sus rodeos lecheros para producir carne.
 

El secretariado de la OECD ha realizado dos escenarios hipotéticos que involucran la eliminación de las restricciones en las cuotas de producción en Canadá, Japón y la Unión Europea. En un escenario no se modifican las medidas de subsidio actual, mientras que en el otro se ha simulado un cambio en el precio de intervención por un mecanismo que garantice un precio doméstico de equilibrio. Las diferencias implícitas entre ambos son las siguientes:

Una importante reducción en la producción de carnes bovinas (8% hacia el 2004), particularmente hacia el final del período de análisis, cuando el precio está en su punto más bajo, provocando un aumento del precio de la carne y una caída en los stocks; de 1,35 a 0,33 millones de toneladas en el 2004.

A partir del aumento en el precio de las carnes bovinas, aumentarán la producción y el precio de las carnes porcinas, y las exportaciones hacia las naciones de la Cuenca del Pacífico serán reducidas, por cuanto el aumento en la producción en Canadá compensará la reducción esperada en Japón. Una leve recuperación de los precios será provocada por un incremento en el precio de los cerdos.

 

China

A partir de la dimensión de este mercado, en las futuras negociaciones vinculadas con su ingreso a la OMC, el Secretario de la OECD decidió realizar una serie de posibles escenarios para tener una apreciación más ajustada sobre su impacto en el mercado mundial de carnes.
La perspectiva para las carnes en el período que corre al 2004, plantea una sustancial reducción de las tasas de crecimiento de la producción y consumo, respecto de las que se registraron en la primera mitad de los años noventa.

El argumento más significativo que proyecta para el consumo de aves, cuyos precios son cada vez más competitivos al compararlos con las carnes bovinas y porcinas. En su mayor parte, el aumento en el consumo de carnes obedece a una mayor producción doméstica.

Frente a un incremento sensible del consumo, las exportaciones netas de carnes bovinas y porcinas enfrentarán una reducción en el período analizado, mientras que las importaciones de carnes aviares aumentarán alrededor de un millón en 1997 a dos millones en el año 2004.

Básicamente se plantean dos alternativas: una se basa en los efectos de un menor aumento del nivel de ingresos, mientras que la segunda examina el impacto sobre el mercado y el comercio de una posible devaluación de la divisa china. Sus principales consecuencias sobre el mercado de carnes son:

Una reducción en la tasa de crecimiento del producto bruto en el mediano plazo del 7,5% en áreas urbanas y rurales, que reduce la demanda de carnes y los precios al ser comparados con la hipótesis de base. La caída limita la expansión de la producción de carnes y el consumo. Dado que la caída en el consumo es más importante que la de la producción, las importaciones de carnes aviares serán por lo menos un 6% inferiores que en la situación tomada como base, mientras que las exportaciones de carnes porcinas superarían la base.

En el segundo se consideran los efectos de una devaluación del 20% en el yuan, a fin de mantener la competitividad de las exportaciones de artículos chinos. Ello tendría como efecto una marcada reducción en las importaciones de granos, provocando un aumento en el precio de alimentos balanceados. Se reducirían las importaciones de carnes y aumentarían las exportaciones. Ello derivaría en un aumento de los precios domésticos, que compensaría el impacto de la caída de los mayores costos de producción. En síntesis la producción y el consumo de carnes sería inferior.

 

Incidencia de la crisis mundial

La crisis financiera asiática y la recesión mundial, han provocado una reducción en la demanda de carnes, particularmente en Japón y Corea. No obstante, se estima que los productores de cerdo estarán menos afectados que los de carnes bovinas, que se verán favorecidos por la importante oferta de cereales y sus precios inferiores.
 

* De la revista argentina "Informe Ganadero", especial para la Revista del Plan