EDITORIAL
Hay dos maneras de dirigirse a la gente. Diciéndoles lo que quieren oír o hablándoles con sinceridad. La primera genera aplausos fáciles, la segunda no siempre es bien comprendida.
Son momentos muy difíciles para la economía del país, por lo tanto no se puede jugar con la ilusión de la gente. Debemos tener presente que cualquier reclamo que se realice, por más justo que sea, puede generar una reacción en cadena de carácter insospechado sobre toda la economía, que bien puede tener un efecto "boomerang". Ningún sector se comporta aisladamente y por lo tanto no se debe analizar como compartimentos estancos.
Desde estas páginas hemos tratado, desde hace largo tiempo, de ser claros. Como referencia y para marcar un punto de inicio nos retrotraemos al informe realizado al regreso de una gira técnica del Plan por Nueva Zelandia y Australia en 1987, adelantando el mundo que se venía.
Los problemas a los cuales estamos sometidos hoy, fueron permanentemente alertados por nuestra institución a lo largo de todos estos años. Tanto desde esta revista, como en diferente tipo de eventos.
Recordamos cuando en 1995 se convocó a las cuatro gremiales que en ese momento integraban el Plan Agropecuario en la ciudad de Durazno, para manifestarle, con el respaldo de trabajos técnicos, el problema que empezaba a generar el endeudamiento. Tenemos que tener claro que la mejor solución a cualquier problema es "atacarlo" cuando se detecta, no cuando se transforma en ingobernable.
Nadie puede negar lo que ha significado el atraso cambiario en su impacto negativo en los sectores productivos. Es comprensible que la gente se sienta como se siente; le sobran razones para entender que son acreedores de otros sectores. Pero ¿cuál es hoy la solución más justa? Por ahí está el tema.
El clima en los últimos dos años ha sido despiadado con la agropecuaria Por otro lado debemos ser conscientes que al tratarse de un negocio que se desarrolla a la intemperie, eso forma parte de las reglas del juego. Los precios, debido en gran parte a la "Brasildependencia", no han hecho otra cosa que bajar desde enero del 99. Por otro lado, todos los estudios indican que los precios de las materias primas seguirán tendiendo a la baja y por eso nos marcan la necesidad impostergable de salir del mercado de commodities.
Todos estos factores han sido sin lugar a dudas distorsionantes severos del negocio agropecuario. Pero creer que estos eventos ocurridos son la única causa del deterioro de lo que le sucede a nuestro sector, es otra cosa.
Para lograr la credibilidad en cualquier orden de la vida, debemos generar autocrítica. El agro puede demostrar que es un sector maduro y por lo tanto creíble. Por eso debemos preguntarnos qué han hecho algunos subsectores, y el Estado en la última década para acompañar los cambios que venían sucediendo, para "jugar con posibilidades de ganar" en un mercado globalizado, más abierto, más enfocado a producir para consumidores que quieren alimentos de calidad, sanos, seguros, saludables, confiables y que no alteren el ambiente. Elementos fundamentales para que los productos primarios reciban mejor precio.
¿Conocemos realmente qué quieren los mercados?. ¿Sabemos realmente si conocen nuestros productos en el exterior?. ¿Somos conscientes que no podemos seguir produciendo por producir?. ¿Tenemos real consciencia que el dueño del negocio es el que tiene el mercado y no el que produce el producto? Que aunque nos duela, es lógico que gane más un gerente –que es el que consigue vender- que un productor que aporta la materia prima, aunque resulte imposible concebir un yoghurt sin leche o una cerveza sin cebada.
El líder en la cadena de agroalimentos es aquel que aporta el consumidor. Con esto confirmamos una realidad. No es que esté bien o que esté mal, simplemente son las reglas de la nueva economía
Pero, así como nos exigimos a nosotros mismos, tenemos que hacerlo con todos aquellos que formen parte de la cadena agroindustrial. Debemos interiorizarnos de lo que están haciendo y como valorizan el producto. Por supuesto que también debemos preguntarnos si cuando se abrió la economía, los que apoyaron esta propuesta eran conscientes en "el baile que nos metíamos" y que además "no sabíamos bailar".
No puede ser que gente que estaba ocupando cargos de relevancia en el servicio exterior le haya contestado a una tesista, "no hagas ningún trabajo sobre carnes porque a la carne nuestra no la conoce nadie, además es mejor la argentina."
Todos somos parte del problema. Lo que ocurre hoy, a nosotros no nos sorprende porque permanentemente lo hemos venido alertando, aunque con esto no nos sentimos libres de culpa.
No es justo exigir soluciones milagrosas que no existen. Se dejaron deteriorar demasiado las cosas, y hoy tenemos que lidiar con esa herencia.
Es muy claro que se debe trabajar en forma unida y con inteligencia porque prácticamente hay que empezar de cero.
Se perdió prácticamente la década del 90, para realizar los cambios paralelos que se debían efectuar y que oportunamente se enunciaron desde esta institución. Pero siempre hay tiempo para empezar, aunque los tiempos apuran, no tenemos derecho a perjudicar las generaciones venideras.
Todo sigue .... la investigación, la extensión, la validación, la generación de nuevos productos. Se debe procurar una mayor aceleración en cada uno de estos procesos, frenarlos sería suicida para la competitividad del país. El conocimiento es el indicador de competitividad que tienen las empresas y los países: durante toda la década pasada manifestamos esa preocupación.
Actuar divididos no hace otra cosa que favorecer a la competencia y eso significa seguir perdiendo mercados.
Como decíamos líneas arriba, nada de lo que hoy ocurre y se anuncia como caminos a recorrer es novedad para el Plan Agropecuario.
Producir en función de los mercados es una prédica que se ha hecho desde el regreso de la misión a Oceanía en 1987.
El tema de las integraciones se planteó en un suplemento especial de nuestra revista en el año 1993 y actuó en consonancia teniendo muy buenos ejemplos vivos para mostrar, en numerosas reuniones de campo.
El crédito apto para el desarrollo del sector ganadero fue tema central de la Expo Prado 95.
En 1996 hicimos el 1er. Seminario de la Integración de la Cadena de la Carne.
El bosquejo de un Programa de Desarrollo Ganadero quedó planteado en el Programa Vaca 4. El objetivo del mismo era mejorar el manejo de las vacas de cría (y naturalmente también las ovejas) para poder sacar más terneros (y corderos). Este fue un trabajo que luego se continuó con el SUL; naturalmente todo este enfoque se basaba a partir de un análisis de estudio del mercado. Es imposible hablar de eficacia en la cadena de la carne con procreos de 65% tanto para vacunos como para lanares.
Es muy difícil lograr integraciones duraderas si no surgen de la propia necesidad de la gente y para eso se debe apostar a una fuerte revolución cultural.
No se debe producir por producir, pero el país no crecerá si no hay aumento de la productividad (definida como el aumento de los márgenes netos). Estos conceptos deben estar perfectamente bien comprendidos.
Permanentemente se ataca a los mensajeros, en vez de detenernos a analizar los mensajes. Ahí es donde debería ser el centro del debate.
Detengámonos por un momento para reflexionar, analicemos cada uno nuestras actitudes y hagamos el esfuerzo de regresar a la acción en forma unida, pensando en como producir para un mundo de globalización irreversible. Pero como dijo el Presidente de los argentinos Dr. Fernando de la Rua, "ya no en forma ingenua como lo hemos hecho hasta ahora". Ese error nos costó demasiado caro.
El nuevo nombre del juego es Valor Agregado, Trazabilidad, Denominación de Origen.
El Economista Lester Thurow en su último libro Construir Riqueza manifiesta: "Estamos en la tercera revolución Industrial. Como sucedió con la anterior se están creando las oportunidades para el surgimiento de gran riqueza. Las nuevas tecnologías implican cambio. El cambio significa desequilibrio. Las condiciones de desequilibrio crean las oportunidades para obtener altos rendimientos y niveles de crecimiento igualmente altos. Los ganadores entienden las nuevas tecnologías, son lo suficientemente afortunados como para encontrarse en el lugar adecuado en el momento justo, y cuentan con las aptitudes necesarias para sacar partido de estas nuevas situaciones."
Enfrentándonos entre nosotros esas oportunidades se nos alejan.
Ing. Agr. Hugo Durán Martínez
Director de Operaciones